Claudio Vergara
Calor en alza. Casi una quimera para una semana de nubes. Pero la noche del miércoles 18, La Batuta invirtió el termómetro con el debut del grupo francés Louise Attaque y se convirtió en un hervidero de franceses avecindados en Chile y devotos locales.
Fanatismo sin control que obligó a cerrar las puertas cuando una fila de 60 personas aún suplicaba un espacio. Y con razón: el cuarteto demostró que su receta no sólo es el saludo a los norteamericanos Violent Femmes que retratan las crónicas y a las sonoridades de Kusturica & The No Smoking Orchestra que deslizan en sus dos discos. Aunque el violín de Arnaud Samuel es el eje de su folk rock revestido con energéticos aderezos punks, la banda arremete con quiebres de ritmo, deconstruye su sonido una y otra vez, vuelve al pop sin pretensiones y cierra la fiesta con música balcánica explosiva. Ellos lo saben: la nueva canción francesa hoy es más que Keren Ann o Benjamin Biolay.
