LOS ANGELES.- El libre reinado de los "paparazzi" en su búsqueda de la foto más escandalosa de las estrellas podría acercarse a su fin en California, después de que Hollywood consiguiese que el Congreso estatal se ocupe del asunto.
Un comité judicial del Senado estudia hoy una propuesta de ley presentada por la congresista estatal hispana Cindy Montañez, en un nuevo intento de convertir las quejas de las estrellas en una ley que responsabilice a los "paparazzi" de sus actos cuando sacan las valiosas instantáneas.
Los ejemplos de este comportamiento excesivo son numerosos y en algunos casos muy cercanos.
El fotógrafo Galo César Ramírez tiene que responder a los cargos de asalto presentados en junio contra él, después de que chocara con su automóvil contra el de Lindsay Lohan cuando intentaba fotografiar a la joven estrella.
Semanas antes, Reese Witherspoon recurrió a la policía para salir ilesa de un gimnasio en Los Angeles al verse rodeada de "paparazzi" que le bloqueaban el paso, y Jennifer López estuvo a punto de chocar con el coche cuando otro de estos fotógrafos le cortó el paso.
La lista de incidentes es continua, con instantáneas que reflejan la virulenta batalla entre los actores que protegen su intimidad y los fotógrafos que recurren a todo con tal de hacerles reaccionar ante las cámaras.
Cameron Díaz ha respondido en más de una ocasión a los fotógrafos que la persiguen, tanto verbalmente como con los puños. Incluso en una ocasión le arrebató la cámara a su supuesto asaltante.
Brad Pitt es conocido por tirar hamburguesas a los "paparazzi" si éstos se le acercan demasiado, y Ben Affleck no tiene miedo a emprender una carrera a toda velocidad para aludirlos.
"Es una experiencia terrorífica en la que habría que marcar los límites", confesó Lohan tras el accidente, rodeada de fotógrafos, durante el estreno de la película "Herbie Fully Loaded".
Como recuerda el libro "Paparazzi", la persecución fotográfica de las estrellas no es nada nuevo.
"¿Cuál es la diferencia entre (el clásico fotógrafo francés Henri) Cartier Bresson y un 'paparazzi' que hace exactamente lo mismo pero en un grupo muy específico de personas?", se atreve a comparar Peter Howe, autor del recién publicado volumen.
Las diferencias pueden ser muchas, pero la motivación es la misma: saciar el apetito del público por la vida de sus adoradas estrellas ya sea con estudiados retratos o instantáneas robadas.
Por eso Phil Ramey se pasó un fin de semana de agosto encerrado en un hangar lleno de ratas con tal de conseguir fotos en exclusiva de Liz Taylor y Richard Burton en su yate allá por 1969.
Y Ron Galella vio cómo cinco de sus dientes salían por los aires cuando un airado Marlon Brando evitaba que lo fotografiase.
Pero la muerte en 1997 de la princesa de Gales, Lady Diana, en un accidente de coche cuando huía de los "paparazzi" en París transformó estas anécdotas en algo más serio.
La propuesta de Montañez quiere forzar a los "paparazzi" a devolver cualquier beneficio obtenido de la venta de sus instantáneas si estas han sido conseguidas de manera abusiva.
Además, si su propuesta legal llega a prosperar, ofrecerá a la víctima la posibilidad de solicitar daños y perjuicios al fotógrafo.
"No dejaremos que los 'paparazzi' se beneficien de un comportamiento abusivo", declaró a la prensa la representante, hija de inmigrantes mexicanos.
Estas buenas intenciones nunca han llegado a nada antes y se ven limitadas por argumentos en favor de la libertad de expresión o por quienes consideran que las estrellas ya se ven compensadas por su falta de intimidad con sus sueldos millonarios.
Si la vía hacia una nueva legislación no prospera, las estrellas están dispuestas a tomarse la justicia por su mano y utilizarán las leyes que ya existen para limitar los desmanes fotográficos.
Tanto la policía como la fiscalía de Los Angeles, ciudad donde reside la mayor población de actores del mundo, estudia la posibilidad de presentar cargos de conspiración contra los "paparazzi", una acusación bastante más seria a los ojos de la ley.