BAYREUTH, Alemania.- La nueva puesta en escena de "Tristán e Isolda", con la que en la noche de hoy se iniciaron los Festivales Wagnerianos de Bayreuth, desataron fuertes ovaciones para los cantantes y silbidos para el régisseur Christoph Marthaler y la escenógrafa Anna Viebrock.
Tanto la soprano sueca Nina Stemme, en su papel de Isolda, como el tenor estadounidense Robert Dean Smith, quien conforme pasaban los actos se iba superando en su rol de Tristán fueron ovacionados por el público, al igual que el director musical japonés Eiji Oue.
Sin embargo, no corrieron igual suerte Marthaler y Viebrock, que recibieron gritos de desaprobación y silbidos cuando saludaron en el escenario al término de la ópera.
Más de 250 efectivos de seguridad vigilaron toda el área del teatro en la denominada "Colina Verde" de Bayreuth y los espectadores debieron someterse a estrictos controles.
Asistieron entre otros el presidente alemán, Horst Koehler, el presidente portugués, Jorge Sampaio, los ex presidentes alemanes Walter Schell y Richard von Weizsäcker, la presidenta de la opositora Unión Demócrata Cristiana (CDU), Angela Merkel y numerosos ministros del actual gobierno y diputados.
Cuando faltan ocho semanas para las elecciones generales en Alemania, que fueron convocadas para el 18 de septiembre, los Festivales Wagnerianos son una magnífica oportunidad de presentación para los políticos de todos los partidos.
Contrariamente a lo ocurrido con frecuencia, los prolegómenos de la 94ª edición de los Festivales de este año transcurrieron hasta el momento sin escándalos ni discusiones.
En 2005 los Festivales Wagnerianos, que concluirán el 28 de agosto, se celebran sin el "Anillo". El programa se completa con "Lohengrin" (dirección escénica: Keith Warner/dirección musical: Peter Schneider), "El holandés errante" (Claus Guth/Marc Albrecht), "Tannhäuser" (Philippe Arlaud/Christian Thielemann) y "Parsifal" (Christoph Schlingensief/Pierre Boulez).