WASHINGTON.- Luego de tres años de haber sido robado en Perú, un retablo considerado como una de las piezas más valiosas del arte colonial peruano está listo a emprender el retorno a ese país pero antes pasará cinco semanas en un museo en Houston, informaron el martes fuentes diplomáticas.
Esta será la primera vez que el Retablo de Challapampa, obra tallada en madera y pintada a mano de más de 3 metros de altura y unos 500 kilos de peso, se expone al público fuera de Perú, donde fue robado cuando la modesta iglesia que lo tuvo por siglos fue sometida a renovación.
El retablo, originario del templo de Challapampa, en la provincia de Juli, departamento de Puno, cerca de la frontera con Bolivia, fue formalmente retornado al gobierno peruano el martes en Washington, donde sólo se mostró una fotografía de la obra.
"Este caso es un mensaje de advertencia a quienes creen que las manifestaciones culturales de una nación son comprables o vendibles", dijo el embajador peruano Eduardo Ferrero Costa al firmar el acta de recepción. "Estamos trabajando con Estados Unidos y otros países para recuperar el patrimonio robado y llevar ante la justicia a los responsables".
John P. Clark, secretario asistente para inmigración y seguridad fronteriza del Departamento de Seguridad Nacional, dijo que el retablo, que representa parte de un altar con dos ángeles, "retornará al Perú convertido en símbolo de la cooperación y respeto a los tesoros culturales que deben tener las naciones".
El retablo llegará a Perú en los primeros días de septiembre, luego de su exhibición en el Museo de Historia Natural de Houston. Dividido en cuatro partes para facilitar su transporte por los ladrones, se encuentra actualmente en un depósito refrigerado de la ciudad de El Paso, Texas.
Aun cuando Ferrero dijo que el retablo salió de Perú hace tres años, algunas versiones del mercado internacional de arte colonial sostienen que ello ocurrió más bien en 1961 cuando fue traído a Estados Unidos.
Los peritos han establecido que el retablo fue esculpido entre 1575 y 1595 por Pedro de Vargas y pintada por Bernardo Bitti, un jesuita italiano considerado como el Miguel Angel de América Latina. Había sido puesta a la venta por Ron Messick, un vendedor de arte de Santa Fe, Nuevo México, con un precio base de 600.000 dólares, cuando las autoridades la recuperaron.
Los costos del retorno serán pagados por Estados Unidos y el transporte lo pondrá la Fuerza Aérea Peruana, dijo la embajada peruana.