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Románticos alemanes en piano

29 de Julio de 2005 | 00:00 |
Gilberto Ponce

Exigente y hermoso programa fue el escogido por la notable pianista chilena Elisa Alsina para dar inicio a la Temporada de Música de Cámara del Centro de Extensión de la Universidad de Chile.

Elisa Alsina se ha desempeñado no sólo como concertista, pues además es una importante docente. En este programa titulado "Románticos Alemanes" demostró ampliamente sus relevantes condiciones de solista.

A lo largo del recital que consultó obras de Beethoven, Mendelssohn, Brahms y Schumann, pudimos aquilatar su técnica, certera digitación y fraseos, así como su sobria musicalidad.

En un piano en medianas condiciones de afinación, el programa se inició con la Sonata Nº 30 Op. 109 en Mi menor de Ludwig van Beethoven, una de sus últimas sonatas donde el autor indaga en nuevas formas de expresión, con un lenguaje más hermético, sin la claridad de sus sonatas anteriores.

El enfoque de la solista para esta sonata fue más bien de corte clásico, sin tratar de llegar a la expresión o bien a los elementos de carácter reflexivo que podríamos suponer para ella. Sí observamos una meridiana claridad en las voces, con bellos fraseos y articulaciones.

Creemos que logró un triunfo en las variaciones del último movimiento, desarrolladas en forma certera.

Las "Variaciones Serias" en Re menor, del Op. 54 de Felix Mendelssohn, son de extrema complejidad, pero no para Elisa Alsina, que las acometió con gran fuego romántico, dando muestras de conocer a fondo el carácter de las mismas.

Notables fueron las diferencias entre las variaciones de corte polifónico y las armónicas donde podemos recordar incluso a las "Canciones sin palabras" del mismo Mendelssohn.

Una versión muy importante, donde hizo derroche de un virtuosismo técnico y expresivo.

Un cambio grande se observó en los 3 Intermezzi Op. 117 de Johannes Brahms, con predominio de una profunda melancolía, destacándose la delicadeza con que enfrentó el primero, las diferencias de carácter entre los temas que componen el segundo de ellos, y el misterio que da lugar a las dolidas preguntas del tercero.

Otra de las grandes obras para el piano son los "Estudios Sinfónicos" de Robert Schumann, con que terminó su presentación. Aquí la solista graduó la expresión desde lo contenido hasta la pasión. También se mostró "volando" sobre el teclado cuando resultó pertinente, con asombrosa seguridad, y no como una demostración de pirotecnia para complacer al público.

Los Estudios concluyen con una sección con variaciones, que la solista enfrentó con gran fuerza y brío. Los posteriores, largos y atronadores aplausos agradecieron a Elisa Alsina su profesionalismo, acompañado de su innegable musicalidad.

Un gran comienzo para esta Temporada de Cámara, auspiciada por la Universidad de Chile.
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