Hoy y mañana, en el Teatro Universidad de Chile, el compositor presentará su poema sinfónico "El Templo".
"Esta obra es como un viaje para encontrar la verdad. Al final nos volvemos hacia nosotros mismos y eso está en todos los grandes libros esotéricos".
Víctor M. Mandujano
Durante septiembre, junto con la nueva temporada, el director y compositor francés Laurent Petitgirard comenzará su relación oficial como director estable de la prestigiosa Orchestre Colonne de París (fundada en 1873). Ya está trabajando con sus músicos, quienes democráticamente lo eligieron. Es una de las dos orquestas más antiguas de Francia y grandes obras de maestros como Debussy, Chausson y Ravel, fueron escritas para la agrupación.
Hoy y mañana, a las 19:30 horas, en el Teatro Universidad de Chile, el músico galo en su calidad de compositor y director, dará a conocer una de sus obras más recientes, el poema sinfónico en un movimiento "El Templo".
-¿Por qué eligió estrenar mundialmente su obra con la Sinfónica de Chile?
"La escribí en 2004 para ser interpretada en febrero en el festival ‘Presencias’, de Radio Francia Internacional. El compositor invitado para dirigir estos conciertos desistió y fue sustituido por otro muy
avant-garde. Encontré que conmigo no funcionaba muy bien. Aunque el próximo año el director invitado será Krzysztof Penderecki, con quien tengo plena sintonía, no quería esperar tanto, así es que pedí la autorización para hacerla primero en Chile".
-¿Por qué los elementos tibetanos?
"El nombre completo de la obra es ‘Los doce guardianes del templo’, representados por doce notas, y el templo es la tonalidad. No tiene que ver con el dodecafonismo ni con el serialismo. Está más próxima a una anécdota de Mozart: cuando tenía tres años y jugaba con el piano, su padre le preguntó qué estaba haciendo y él respondió ‘estoy buscando las notas que se aman’. Por aquello del templo utilizo címbalos antiguos. Traje siete desde Francia. Faltan algunos que serán sustituidos por crótalos. Esta composición es como un viaje para encontrar la verdad. Al final nos volvemos hacia nosotros mismos y eso se encuentra en todos los grandes libros esotéricos".
-¿Cuál es su verdad?
"Estar en movimiento, buscar esperando encontrar un poco, pero no demasiado. Para mí la vida es el movimiento y el trabajo. Si un día estoy inmóvil, es que estaré muerto".
-¿Cómo ha sido su relación con la Orquesta Sinfónica?
"Muy buena, partiendo por mi relación personal con David del Pino Klinge. Es una gran suerte para la orquesta tener un hombre con tanta energía. Los músicos son muy simpáticos y hay niveles diferentes, pero también comienzan a tener los mismos problemas que existen en todas las orquestas occidentales. No se puede tocar mirando el reloj, acostumbrarse a una rutina. Hay muy buenos músicos, pero uno siente que no hay la suficiente preparación en casa. Es una orquesta a dos velocidades, con líderes muy activos y otros que sólo vienen a hacer su trabajo. Sin embargo, el primer problema de esta orquesta es su sala de concierto que es una catástrofe. Nunca encontrarán un director de categoría con una sala tan deprimente".
Sitio oficial:
www.petitgirard.com
