Que en Chile no hay negros, que no hay playas. Pero sí hay quienes resguardan el espíritu de esta música vibrante.
Íñigo Díaz
Es impresionante todo que pueden hacer un chico, una chica, un piano y una voz. Especialmente si hablamos de bossa nova: música dulce y caliente.
A mediados de los 60, la nueva ola brasileña llegaba en formato de long plays de João Gilberto junto a Astrud Gilberto y el entrometido tenorista Stan Getz. Melodías ágiles que iban arriba y abajo y que se tradujeron en el primer dueto chileno de voz y piano sobre bossa nova: Rita Góngora y Roberto Lecaros.
"La música popular brasileña (MPB) es insuperable. Mucho mejor que el jazz en muchos aspectos. Tiene ritmos múltiples, armonías complejas, melodías bellísimas y poesía maravillosa. Si me voy a Brasil, seguro que no regreso", apunta Lecaros.
A quince años de su arribo a Chile, el cantautor bahiano Zeca Barreto es considerado como un impulsor. "En 1990 yo tocaba con algunos músicos que tenían adquirido el sentimiento brasileño: Antonio Restucci o Joe Vasconcellos. Pero veía que el público no estaba dispuesto a asistir a estos espectáculos. El panorama de hoy es absolutamente otro.
Barreto se refiere a un movimiento articulado de músicos jóvenes como los aparecen en la fotografía y que han optado por el bossa nova, el jazz, la fusión y el pop braisleño, como los grupos Café da Manha, Branco, Jeito, Preto, Tarambana, Saudade y Os Desafinados. Y las solistas con disco propio Ammy Amorette (27), con
Primogénita (2003) y Paula Lizana (25), que grabó
Primores (2005) utilizando un "brasilerísimo" apellido Liz. Se suman las finalistas de "Chile canta a Brasil": Paula Contreras (32), M. Paz Mera (23) y M. José Mera (25).
Es la cara sofisticada de la música de Brasil, que ocupa los clubes, salas y teatros. En las calles vive un contingente no menor de samberos
pagode. Música carioca, de tambores y danzas, carnavalera y como aplanadora, que encabezan percusionistas brasileños de color: Célio, Gilberto o Rogelio. Además del trabajo sobre "forró" nordestino del joven paulista Emerson Araujo.
Desde que Góngora-Lecaros probaran de las primeras canciones brasileñas, las duplas siguieron: Nelly Sanders y Fernando Otárola, Silvia Lobos y Marinho Boffa, Margarita Schmidt y Mariano Casanova, Cristina Gálvez y Jorge Díaz, junto a cultores de la música "erudita": el guitarrista Alberto Cumplido (alumno de Egberto Gismonti) y el percusionista Nacho Mena (colaborador de Hermeto Pascoal). No habrá en Chile músicos negros ni playas de aguas tibias, pero al menos hay quienes defienden la música de esta dimensión paralela llamada Brasil.
1. Paulinho paulista
Sus límpidos solos jazzísticos y buen gusto tienen un toque brasileño del que es imposible que Paulo Paranhos (35) pueda zafarse. Lógico, es un músico de Sao Paulo, que vive hace diez años en Chile y que ha formado interesantes grupos populares "de cámara": Maracatú (con oboe) y La Bossa Nostra (a dos guitarras eléctricas).
2. Bossa setenteiro
Cristina Araya (32) grabó una versión de "Telefone" (Roberto Menescal) junto al grupo Feria. Melodista pop, encabeza Branco, banda que practica un bossa nova eléctrico tipo Gal Costa en la cresta de la ola. Se compenetra en duetos con el pianista Américo Olivari y además puso su voz en la versión portuguesa del segundo disco de "31 Minutos".
3. Modinhas, valsas, cantigas
Con su trío Tarambana, Ana María Barría (31) puede cantar pop entre la clásica Elis Regina y la actual Maria Rita. En cambio, con el ensamble Ciranda va sobre estilos brasileños desconocidos en Chile: desde modinhas, valsas y cantigas da roda (rondas infantiles) hasta música de Heitor Villa-Lobos. Canta todos los viernes en Esquina do Samba.
4. Ela tem um jeito
Desde el silencio y el dum-dum de su tambor tam-tam, Valentina Carrillo (32) llegó a Os Desafinados haciendo duplas con Pablo Galarce, experto hombre del "pandeiro". Pero Valentina Carrillo tenía además una gran voz. Tanto, que terminó siendo el cuarto registro del entonces trío y la solista del sambero grupo Jeito.
5. A "caetanear"
Con seguridad, la mejor voz masculina de MPB en Chile. Eso lo acredita su activa militancia en Os Desafinados y el primer lugar obtenido en el concurso "Chile canta a Brasil". Según dicen los entendidos, Marcelo Vergara (30) tiene una naturalidad sobresaliente y fonética perfecta: "Parece bahiano", opina Zeca Barreto. Su influencia histórica es Caetano Veloso, cuya música es universal: es verbo.
6. Al sur de Tania Maria
Para Lorena Gormaz (23) ninguna de las voces clásicas del Brasil llega a igualar a Tania Maria. Como pianista, compositora y cantante ella prefiere a una figura musicalmente completa. "Es a lo que aspiro a llegar", confiesa. Canta todos los miércoles en El Perseguidor. Tania Maria es su norte: por ahora Gormaz está al sur. |