LOS ÁNGELES.- Coronando uno de los mayores renacimientos en la industria musical de todos los tiempos, Mariah Carey superó al rapero 50 Cent en el ranking de álbumes más vendidos en 2005.
The Emancipation of Mimi trepó al puesto N° 1 de ventas anuales en Estados Unidos tras las 290.000 copias comercializadas durante la semana que culminó el 25 de diciembre.
Con esta cifra, en las 37 semanas desde su lanzamiento totalizan 4,87 millones de unidades, según informó el analista de ventas minoristas Nielsen SoundScan.
Suponiendo que el disco mantenga su ritmo de ventas, Carey se convertirá en la primera solista femenina en alcanzar el logro de artista más vendedor del año desde que Alanis Morissette lo logró en 1996 con
Jagged Little Pill.
50 Cent se quedará con el segundo lugar del ranking con su álbum
The Massacre, que en la última semana vendió 30.000 copias y suma 4,83 millones en las 43 semanas desde su lanzamiento, agregó Nielsen SoundScan.
En el último ranking semanal de ventas,
The Emancipation of Mimi ocupa el sexto lugar, mientras que
The Massacre figura en un lejano 125. Ambos discos debutaron en el primer lugar.
Repunte navideño
Las ventas de discos parecen haberse reanimado por las compras navideñas, luego de una caída estrepitosa en las cifras. El repunte se apoya en nuevas producciones de la cantante de R&B Mary J. Blige y del actor Jamie Foxx.
Blige vendió 727.000 copias de
The Breakthrough y quedó por tercera semana en la cima del ranking, mientras que el regreso de Foxx a la canción con
Unpredictable lo ubicó en el segundo escalón, con 598.000 copias en su primera semana.
Las ventas generales de álbumes en la semana que terminó el día de Navidad crecieron 2 por ciento con respecto al mismo período del año anterior, tras tres semanas consecutivas de caídas de más del 10 por ciento, de acuerdo a SoundScan.
Renacimiento
El éxito de
The Emancipation of Mimi ha marcado un dramático vuelco en la carrera de Carey, de 35 años, cuyo presente musical estaba por el suelo hace cuatro años.
El sello EMI Group Plc le había pagado casi 30 millones de dólares para volver a comprar su contrato (por el que había pagado 80 millones de dólares) tras el fracaso de
Glitter, banda de sonido de la su debut en cine y su primera producción para el sello de EMI Virgin Records.
