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SQP y sus cinco años: el circo por dentro

Al principio, nadie daba un peso por el programa. Hoy su creador es millonario y a los famosos se les revolucionan las hormonas cuando ven sus cámaras. Fuimos al show de los cahuines y esto fue lo que vimos. ¡Chan!

17 de Noviembre de 2006 | 11:00 | Leonardo Núñez, El Mercurio Online

SANTIAGO.-Jueves, después de la fiesta. Los escándalos de los famosos chilenos se comentan y destrozan en un estudio no más grande que la carnicería de la esquina. Aquí, apretujada entre siete panelistas-opinólogos, cuatro cámaras, decenas de luces y un gordito embutido en un traje azul que promociona una marca de gas, lloró amargamente Jennifer Warner hace dos semanas.


La peleada salida de Pamela Díaz de "SQP" fue demasiado para ella, que venía regresando de un post natal. Y ahora el que sufre es Ítalo Passalacqua. Anoche fue la fiesta del quinto aniversario del programa y  a "Tontítalo", como le puso Felipe Avello, le pasó la cuenta. Cuando no está a punto de tragarse el puño izquierdo de un bostezo, duerme con la frente clavada en una revista.


Los primeros planos a "Chico" Pérez, el reemplazante de Warner en la conducción, son aprovechados por los opinólogos que quedan fuera de cámara para burlarse del ex comentarista de espectáculos de TVN. La que más festina con el show de Passalacqua es Pamela Jiles. No aguanta la risa. Valle aporta con una cara de indignación y Nelson "Mauri" hace como que no entiende nada.


La chica sexy


Pero no hay que ser injustos. Antes de burlarse de "Tontítalo", Jiles y compañía se tomaban el trabajo en serio. Escuchaban con atención una nota de Amalia Granata, la argentina famosa por pasar una noche en la cama con Robbie Williams, quien respondía las críticas de otra modelo trasandina que la acusó de ser un "mal ejemplo" para la mujer. "Pero si yo no represento a nadie", se defendía Granata. La frase era celebrada con un "¡Grande Amalia!" de Valle, y un "cada día está más crecida esta Granata", de Jiles. Comerciales.


En la pausa, los músculos faciales de Pamela Jiles se relajan. Ya no es la "guerrillera" dispuesta a ametrallar a otro panelista con sus argumentos irrebatibles, explicando por qué no es bueno para su carrera que Marlen Olivari se la pase llorando ("así nunca va a ser la Susana Jiménez de Chile"). Ahora Jiles es sólo una periodista cansada que pasea por el set con un cigarrillo en la mano, tratando de acortar de esa forma las dos horas y media que dura el programa. Y si Pamela fuma, los demás opinólogos comen con fruición el yogurt que los auspicia. El programa vuelve al aire retomando la resquebrajada relación entre Pato Laguna y Carla Ochoa.


La opinóloga Catalina Droguett tiene una información exclusiva. Posible titular de "La Cuarta" mañana: "Me acaban de confirmar que efectivamente se acabó el romance entre Carlita y Pato. ¡Qué pena! Hacían una linda pareja. La Carla está en Cancún en la casa de una amiga. Necesitaba tranquilidad". ¡Chan!


"El Loco" Avello
 
Miércoles. Retorna la "Fiera". Pamela Díaz regresa a "SQP". Felipe Avello, el "Loco Avello", hace un enlace en vivo con la morena maniquí, que llega a los estudios de Chilevisón para firmar contrato. Desde ahora será rostro de "Primer Plano".


"La Fiera" no quiere hablar con Avello. Sigue molesta con Natalia Freire, la editora del programa que le declaró la guerra por revelar que las peleas en vivo están pauteadas. Que se hiciera público el secreto a voces mejor guardado de "SQP" provocó un terremoto. Y no sólo causó la renuncia de Díaz. Por primera vez su rostro más emblemático, Jennifer Warner, amenaza con no volver a la conducción. La información oficial es que atraviesa por un cuadro depresivo.


Por unos dólares más


Sería un golpe duro para "Broadeyes", la productora de "SQP" (cuyo dueño es Rodrigo Danús), si Warner no regresa. Desde el primer día que el programa farandulero salió al aire, fue ella quien dio la cara frente al medio televisivo, que puso en duda —por decirlo suavemente— su trabajo profesional por meterse bajo las sábanas de los famosos.


Estoica, soportó las críticas, hasta que el programa se consolidó. Hoy es un éxito. Tiene 14 auspiciadores y le genera decenas de millones en ganancias mensuales a Danús, que también se queda con el 30% de lo que sus panelistas-opinólogos perciben cuando son invitados a otros programas. Se comenta que si antes era rico, ahora Danús es millonario.


Todo eso se debe en gran parte a Warner. Por eso no quieren perderla. Tanta es la preocupación, que hay una orden de no comentar su situación en vivo.


Ley mordaza 


Claro que la prohibición dura hasta que "La Fiera" acepta hablar con el catete de Avello. A la primera oportunidad, Jiles le pregunta a Díaz: "Pamela, ¿crees que Jennifer Warner vuelva al programa?". Indignado, Ignacio Gutiérrez interrumpe el diálogo. "Pamela, no es bueno hablar de la Jenny. Ella está delicada de salud. Creo que es una falta de respeto de tu parte". Con cara de sorpresa, la "Guerrillera" intenta responderle.


Valle trata de ir en auxilio de Jiles. "Parece que nos están censurando", dice. El tema Warner, tras más disparos verbales entre Gutiérrez y Jiles, rápidamente es reemplazado por uno más trascendente: el acoso sexual que sufrió Kenita Larraín en la avant premiere de "Rojo Intenso".


"No entiendo. ¿Por qué les gusta tocar de esa forma las partes íntimas?", dice Droguett. "Chico" Pérez aporta al debate diciendo: "¡Ay!, tan inocente que es la Catalina" y enseguida le ofrece su trasero para que se lo pellizque.


Jiles no se suma a la conversación. Aún trata de digerir la cesura que sufrió. René Naranjo guarda un silencio zen. Passalacqua, muy despierto, entrega el veredicto final sobre "Rojo Intenso": "Le pongo un uno, es pésima". Comerciales.


Rodrigo Danús aparece en medio de la pausa. Enérgico, discute con Pamela. "De la Jenny no hay que hablar", le dice. "Periodísticamente es relevante", le responde Jiles con una cara de querer mandar todo lejos y renunciar. "No, no. Evitemos hablar de la Jenny", dice Danús en tono enérgico antes de desaparecer tan rápido como llegó.


El show debe continuar


El estudio-carnicería sigue funcionando. La víctima ahora es Eli de Caso. Los panelistas-opinólogos concuerdan en que estuvo bien eliminada de "Locos por el baile". Que hasta cuándo tenían tanta deferencia con ella si bailaba tan mal. Jiles nuevamente aporta un dato que profundiza el debate. "¿Y qué va a hacer ahora Diana Bolocco? En Alfombra Roja había dicho que si eliminaban a Eli de Caso, se iba con ella. ¿Será tan consecuente?".


En eso Avello irrumpe en el estudio. Detrás de las cámaras, empieza a saltar y molestar a René Naranjo. "¡Vamos, René! ¡Todo Chile quiere escuchar  tu opinión!", le grita.


Enseguida, empieza a "pelar" a sus colegas. "Todos los panelistas tienen su ego. Pero mi ego es más grande que el de ellos. Los aplasta. Pamela Jiles podría tener un ego como el mío. Pero como es mayor ya, yo terminó aplastándola", dice.


"Solo hago mi negocio"


Entusiasmado por la grabadora, Avello sigue. "A mí no me divierte tanto el programa. Yo sólo hago mi negocio, mi juego. Cuando estuve fuera de SQP, no lo echaba de menos, porque estuve dedicado a cultivar mi cuerpo. A hacer pesas y abdominales, para sacar calugas".


El programa termina. La carnicería-estudio queda a oscuras. Se informa que hay una reunión. Pamela Jiles le dice a alguien de la producción: "No necesito que me critiques ahora. Necesito que me apoyes". Parece que no cayó bien hablar de Warner.


N-migas


Pamela Díaz se pasea como la nueva dueña del fundo por los estudios de Chilevisión. Tostada y con un cuerpo cada vez más fibroso, atrae sobre ella todas las miradas. Incluso las de algunas mujeres. Al rato, está conversando con Pamela Jiles, Alejandra Valle y René Naranjo.


De los famosos nadie se acuerda en este momento. Carlita y Pato Laguna pueden volver si quieren. Fuera del programa, su vida vale menos que las botas de cuero que usa Pamela Díaz. El tema ahora es la despedida de soltera de la "Fiera Vip". Jiles es una de las más entusiasmadas con la fiesta. Se nota que ella y Díaz son más que amigas. En este momento son socias.


En el enlace en vivo, a pito de nada, Díaz le pidió a los panelistas que le preguntaran a Jiles cuánto tiempo le quedaba en "SQP". Nuevamente el programa se centraba en ellas. Los rumores hablan de que ambas van a tener un estelar en Chilevisión. Quizás todo esto show en que ambas se vieron envueltas en SQP, no fue tan accidental después de todo.


Cierto o no, Jiles y Díaz se van juntas a almorzar en una camioneta donde perfectamente podría vivir una familia de clase media. Definitivamente, para ellas hay más vida afuera del estudio-carnicería.

Hablan los protagonistas

Pamela Jiles: "SQP dentro de la farándula es un programa de vanguardia. Fue el primero en asumir la farándula como un tema propio del periodismo en televisión. También ha sido capaz de reinventarse, hasta llegar a esta fórmula que yo creo que es de vanguardia en nuestra televisión. Que es que dado que cubrimos los conflictos de los famosos, cuando existe uno al interior de SQP, también se televisa".


Italo Passalacqua: "Lo mejor que tiene SQP y por lo que creo que ha durado, es por su sentido del humor. De alguna manera fue cambiando para bien. Era un programa muy de relaciones públicas, que tenía muy poco de sálvese quien pueda. Los dos primeros años me parecía que no respondía al nombre. Pero ahora sí. Es agresivo, tiene sentido del humor y los panelistas aceptan que se rían de ellos y los cuestionen".


Ignacio Gutiérrez: "El programa ha tenido una evolución importante.  Antes éramos tres panelistas y ahora somos doce que nos vamos rotando. Lo que pasa hoy al aire habría sido inaceptable hace dos años. Creo que hemos sabido entender lo que quiere la audiencia para que no empiece a flaquear en sintonía".


Felipe Avello: "Es un programa muy entretenido, que debe reinventarse o si no va  a dejar de serlo. Ya lo está dejando de ser, con peleas que ya no son tan novedosas. Hay que reinventar el género".


 

Antonio Martínez, "Wikén": ""Es probable que hace cinco años, el viejo discurso del país pacato que no dice las cosas por su nombre, y es más bien hipócrita y con doble standard, se transformó en una oportunidad para los emprendedores. Era buen negocio convertirse en vocero y bajar al ruedo, hacer subir el habla a la televisión y exponer los trapos al sol. Por eso SQP, para la poca ropa de los rostros, la vida inestable de las vedettes, la tontería de los famosos y registrar el precario equilibrio emocional de un mundo feroz que se nutre de oportunistas, renace con las ofensas y se recarga con las traiciones. Digamos que SQP fue el primer programa que le dio voz y voto al monstruo y además lo sacó a pasear. El problema, en adelante, es que cada vez será más difícil decirle que se calle, que su voto es nulo y que el recreo terminó, porque es monstruo, está orgulloso y no se siente podrido, se siente un gran negocio".

Larry Moe, Las "Últimas Noticias": "SQP ha cambiado la forma de hacer periodismo en Chile. Ha derribado el viejo axioma de que había que reportear, por ejemplo. SQP consiste en especular en forma graciosa sobre lo que los demás medios cubren. Es el periodismo interpretativo llevado al delirio. Son un grupo de vecinos copuchando de lo lindo. Deberían cerrar cada programa despidiéndose con una reverencia grupal, al estilo de Teatro en Chilevisión. ¿El próximo paso? Debería salir de gira, al estilo de RBD. Ser transmitido con público en vivo. Asumir que su futuro es volverse una compañía de teatro itinerante".

José Andrés Alvarado, "El Mercurio": "SQP cumple 5 años en uno de sus mejores momentos. Desde sus inicios ha tenido una evolución notable. No sólo fue pionero en la introducción del periodismo rosa en la TV, sino que se ha mantenido como el espacio más importante en el tema. Aunque televisivamente hablando es un formato bastante básico (Don Francisco ha comentado que los programas chilenos se diferencian sólo por el número de sillas, y por lo tanto de panelistas, en torno al conductor), sus creadores han sabido sacar provecho de esa simpleza".

Marcela Aguilar, “Wikén”: "Se supone que SQP habla de los famosos y famosillos del espectáculo chileno, pero la verdad es que a estas alturas es un espectáculo en sí mismo: sus panelistas son personajes con perfiles muy claros, que sustentan posiciones reconocibles y que cada día se enfrentan en un juego de alianzas y confrontaciones. Cada programa parece un capítulo de una sitcom. Por eso, el debate sobre la farándula se ha convertido en una excusa para alimentar el show de los panelistas. Por eso creo que SQP es distinto de otros programas de farándula. SQP a estas alturas ya no es un simple reflejo de las vidas ajenas. SQP tiene vida propia, en SQP pasan cosas".

 

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