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Edith Fischer: “Claudio Arrau me legó el amor y respeto por la música"

La pianista discípula del maestro chileno, será solista de la Sinfónica este viernes y sábado en el Teatro Baquedano, después de 60 años de su primer concierto con esta orquesta.

29 de Mayo de 2008 | 12:12 | El Mercurio Online

SANTIAGO.- Edith Fischer, la connotada concertista nacional discípula directa del pianista Claudio Arrau que se encuentra viviendo en Chile desde hace un año después de haber desarrollado una larga y brillante carrera en Europa, mantuvo profundos lazos a través de la música con el célebre maestro y hoy transmite los valores que heredó a las nuevas generaciones de músicos.  

Este viernes 30 y sábado 31 de mayo, a las 19:30 horas, actuará como solista con la Orquesta Sinfónica de Chile interpretando el "Concierto para piano" de Robert Schumann en el Teatro Universidad de Chile, ocasión en que se ofrecerá además la Sinfonía "Eroica" de Beethoven.

Hace seis décadas

Después de 60 años de su debut con la Orquesta Sinfónica de Chile, cuando era una “niña prodigio”, Edith Fischer volverá a tocar con la agrupación orquestal, ahora bajo la dirección de su sobrino, Rodolfo Fischer.

Este es el segundo “Concierto para la Familia” de la Temporada 2008 de la Orquesta Sinfónica de Chile, programas que persiguen  alcanzar un  amplio segmento de público. Además del Concierto para piano de Schumann, en esta oportunidad se ofrecerá esa famosa Sinfonía Nº 3, “Eroica” de Ludwig van Beethoven y el estreno mundial de “Parphé para orquesta” del compositor chileno Pablo Aranda, autor que  forma parte del grupo de talentosos compositores nacionales de la actualidad.   

“No recuerdo cuando opté por ser pianista, en mí fue algo que se fue dando solo”, afirma la hoy gran concertista que, aunque había actuado en anteriores ocasiones con la Sinfónica de Chile, confiesa que este reencuentro tiene una significación especial que la llena de expectativas.

Venta de entradas desde $4.000 público general y estudiantes desde $1.000 en Boletería del teatro (Providencia 043, estación Metro Baquedano) y también venta en locales  Feria del Disco y Tiendas París. Además a través feriaticket.

La herencia de Arrau

Edith Fischer estableció con Claudio Arrau especial y profundos lazos por la música, que mantuvo hasta poco antes de la muerte del maestro en Europa, algo  que la hace sentir responsable de mantener y transmitir  esta gran tradición musical y pianística a las nuevas generaciones.

“Después de mis años de estudio con Claudio Arrau en Estados Unidos seguí siempre en contacto con él: yo le tocaba piezas en el piano y conversábamos mucho; tuvimos ese nexo hasta su muerte. Tres semanas antes que falleciera hablamos por teléfono, me dio muchos consejos y quedamos de vernos en Suiza adonde él iría a grabar”, afirma con cierta melancolía la gran pianista chilena.

Sobre el mayor legado que le dejó su maestro Claudio Arrau afirma: “El amor y el respeto por la música” y agrega que se debe sostener, insistir y defender la importancia que tiene la música  para el enriquecimiento espiritual del ser humano,  procurando que estos verdaderos ideales no se sigan perdiendo por seguir fines comerciales.  

“Eso para Arrau era muy claro, él me encargó que llevara a música a todas partes, a toda la gente”, recalca Edith Fischer. Así lo ha hecho. Durante sus  habituales viajes a Chile, hace algunos años realizó una extensa gira actuando desde Arica a Punta Arenas, un viaje que recuerda fue financiado por el Ministerio de Educación. “Me encantaría volver a tocar en todo el país, no tengo intereses comerciales, pero no puedo organizarlo yo y hoy no hay personas que se dediquen a coordinar las giras como se hacía antes”, manifiesta.  
Edith Fischer realizó sus primeros estudios con su madre, Elena Waiss, fundadora de la Escuela Moderna de Música, quien fue su profesora hasta los 17 años de edad.  En ese período obtuvo una importante beca de Estados Unidos para viajar a Nueva York para formar parte de un exclusivo grupo de discípulos de Claudio Arrau.

Heredera de una privilegiada educación musical que le permitió durante su infancia tomar un par de clases incluso con la gran pianista Rosita Renard, Edith Fischer siguió la línea heredada por su madre en Suiza donde su labor incluyó la creación de la escuela “Cercle Lémanique d’education musicale” y la formación de profesores y ejecutantes provenientes de distintos países. 

Después de su trabajo con Arrau en Nueva York se radicó en Suiza donde realizó una brillante carrera y desde donde desplegó su talento hacia Europa, actuando como solista con las más importantes orquestas del Viejo Continente, además de agrupaciones orquestales de India, Japón e Israel y desarrolló una sólida labor en la docencia como maestra de nuevas generaciones de pianistas difundiendo el legado de Arrau. Desde hace un año vive nuevamente en Chile.
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