En ''Por tierra, mar y aire'' el escenario es predominantemente el Pacífico. Ya sea a bordo de un destructor, un submarino nuclear, junto a tropas en Corea, Guam, Filipinas o Tailandia.
Ediciones B, 2008SANTIAGO.- "A nadie le gustaba la palabra 'imperial'. Pero en lo que respecta a los retos y frustraciones que tantos oficiales de bajo rango y soldados rasos del ejército estadounidense afrontaban en todo el mundo, su condición era de imperio, comparable a la de las tropas de otras grandes potencias de siglos pasados”.
Robert D. Kaplan sabe lo que dice. Porque pocos han conocido tan de cerca las operaciones militares de Estados Unidos a nivel mundial durante los últimos diez años como él. Es que Kaplan pertenece a esa raza de periodistas cuyo trabajo tarde o temprano los convierte en leyendas. Y que su último libro, “Por tierra, mar y aire. Las huellas globales del ejército americano” (Ediciones B, 2008), reafirma una vez más.
Acostumbrado a recorrer el planeta en largos viajes que luego se tradujeron en fascinantes crónicas y exitosos libros, Robert Kaplan —actualmente colaborador de la revista "The Atlantic Monthly"— conoció de cerca el Afganistán pre talibán en "Los soldados de Dios", el drama de la sangrienta desintegración de Yugoslavia en "Fantasmas Balcánicos" y el Estados Unidos profundo de "Viaje al futuro del imperio", entre otros.
Y tras los atentados del 11-S y el inicio de la llamada “guerra contra el terrorismo", Kaplan supo cuáles serían sus nuevos destinos. Así nació "Gruñidos imperiales", un libro que resume sus andanzas con las tropas de Estados Unidos entre 2002 y 2004: Un abanico de misiones desde las junglas del sur de Filipinas y los páramos gélidos de Mongolia, hasta las fortalezas de Afganistán y las selvas de Sudamérica. Y que las muestra negociando con facciones tribales, atacando reductos terroristas, realizando misiones humanitarias o adiestrando soldados extranjeros.
Pero había una deuda pendiente. El despliegue militar estadounidense en zonas alejadas de los conflictos. Y es “Por tierra, mar y aire. Las huellas globales del ejército americano”, donde Kaplan reúne sus experiencia con las tropas entre 2004 y 2006.
Si en “Gruñidos imperiales” el foco estuvo puesto en Oriente Medio, en “Por tierra, mar y aire” el escenario es predominantemente el Pacífico. Ya sea a bordo de un destructor, un submarino nuclear, junto a tropas en Corea, Guam, Filipinas o Tailandia. Pero en sus páginas también hay espacio para destinos más lejanos como Nepal o Argelia. No hay ningún lugar donde las fuerzas de Estados Unidos no puedan llegar; y junto a ellas, va Kaplan.
Sin duda, un festín para los amantes y estudiosos del mundo militar. Y una oportunidad imperdible para conocer de cerca —o mejor dicho, por dentro— al ejército más poderoso del planeta.