Moulian hoy recuerda sus días como director de programación: Se preocupaba de estar hasta en las perillas y recibía el rating en su Blackberry.
Carla PinillaSANTIAGO.- Miércoles 30 de junio, después de las 22:00 horas. En su cuenta de Twitter, Vasco Moulian escribe: "TVN sigue en noticias y yo que pensaba que era porque estaba jugando Chile". Luego agrega: "Cómo me criticaban y cómo me río hoy de las incoherencias del crudo mercado de la tele".
Jueves 1 de julio. Pasadas las 21:00 horas, Moulian twittea: "Para los tevitos no sé si sabían que mágicamente hoy jueves dan 'Halcón y Camaleón'. TVN se arrancó de 'Primer Plano'. Eso es FLEXIBILIDAD".
Es que el escenario actual en la pantalla chica no le es indiferente al ex director de programación de Canal 13. El padre de la "parrilla flexible", por la que fue largamente criticado hasta su salida de la estación, hace exactamente un año, ve hoy cómo su cuestionada modalidad parece estarse imponiendo: Se canceló "La barra del Mundial", los noticiarios centrales terminan después de las 22:30 horas, "Halcón y Camaleón" se cambió de día, y suma y sigue.
"Son muchos factores... Cuando me criticaron yo lo pasé mal. Todos los canales hacían declaraciones, para la opinión pública era una locura. Pero yo aquí, tranquilito, después de un año digo 'chuta, parece que la televisión tenía que ver con flexibilidad', como cualquier negocio. Los supermercados son flexibles, los cines son flexibles. Si a una película le va mal, se saca", reflexiona hoy.
-¿A qué crees que responde la mayor aceptación de esta dinámica?
-Es que la industria de la TV se transformó. Nosotros en el canal demostramos que para salir del cuarto lugar y llegar al primero, la flexibilidad era fundamental. Tuvimos que usarla para que el canal logre éxito, junto al trabajo de perilla, de estar al cien por ciento en el canal. A mí me produjo costos personales enormes, pero no hay otra forma. La pega en la televisión no termina nunca, estás compitiendo minuto a minuto, yo tenía el rating en la Blackberry. La TV es así, puedes poner un programa como "La barra...", pero no empatiza con la sintonía y lo tienes que sacar. La medida de TVN es extraordinaria.
-¿Te parece que el programa mundialero sea un producto necesario en estos tiempos?
-Mi opinión es que la fiesta era demasiado temprano, los partidos eran demasiado temprano para hacer grandes programas mundialeros. El segundo tema es que los formatos eran muy malos, y además la competencia de CHV fue muy dura. Los canales de TV tienen una competencia, y cuando no la ves te nublas, te ciegas, y crees que lo mejor del mundo lo estás haciendo tú, y no te das cuenta que al lado hay un supermercado con mejores ofertas y productos más masivos. Ahí te equivocas.
-Si hoy fueras director de programación, ¿habrías hecho un programa mundialero?
-Yo creo que sí, pero no con un formato de los 80, habría tratado de entender la lógica de la audiencia, que hoy quiere ver teleseries en vivo como "Fiebre de baile", o lo que pasó con (Juan Cristóbal) Foxley (en "Elígeme"), o los reportajes de "En la mira". No se trata de poner sillones y adaptarse a lo que pase, no es tan simple, hay que ver en qué está pensando la audiencia. Y tampoco tan burdo como TVN en "La barra del Mundial", que dijo "la audiencia está bailando, pongámonos a bailar". Cuando es mentira, la audiencia se da cuenta. Lo mismo con la teleserie de Kenita y Chadud.
-¿Cómo crees que saldrán Tonka Tomicic y Rafael Araneda de sus respectivos programas?
-Lo que hizo TVN es notable, porque cuidan a su rostro, lo sacan, y asumen la responsabilidad. La medida de no seguir con el error me parece fantástica. Y en el caso mío, yo sacaría de inmediato "Tonka Tanka", porque cuido el rating del día, el rostro, las lucas.
-¿Qué te parece que las noticias estén durando una hora y media?
-La audiencia de elite reclama por eso. Sin embargo, es la audiencia popular donde se mide el rating, y CHV a las 22:30 del miércoles terminó con 18 puntos, y TVN con 24. Quiere decir que eso es lo que quiere la audiencia, yo no hago un análisis cualitativo, si es bueno o malo. A mí me gusta ver el comportamiento de la audiencia. Cuando digo "qué increíble que Foxley esté sacando 19 puntos", no digo que el programa sea bueno o malo. Es más, lo encuentro patético, pero el patetismo parece que funciona.