SANTIAGO.- Este capítulo parte con la alarmante conclusión que el "narcotráfico cuenta con redes de protección en los tribunales, que ejercen su influencia en forma subrepticia, pero tremendamente eficaz, hasta el extremo de conseguir de manera escandalosa la impunidad de los inculpados en delitos gravísimos".
Según causa Rol N°17.173-1 del Sexto Juzgado del Crimen de Santiago, se constata que en la Farmacia Pocuro 2, de propiedad de la químico farmacéutica Gilda Correa Bulo, "se vendía la droga metamfetamina de nombre comercial Cidrín, utilizándose para ello recetas cheques robadas y adulteradas".
En 15 días se vendieron 62 recetas cheques de cidrín (7.440 tabletas de la droga) a una pareja, "a quienes la señora Correa Bulo entregó las drogas, consignando ella misma, además los datos de los supuestos pacientes compradores, los que jamás concurrieron a su farmacia y eran, por cierto, absolutamente falsos", dice el escrito.
Tras constatarse varias irregularidades, "la jueza cierra el sumario sin someter a proceso a la inculpada", y ante la solicitud de reapertura del expediente del Consejo de Defensa del Estado, la jueza resuelve "no ha lugar".