SANTIAGO.- El alcalde de la polinésica Isla de Pascua, Pedro Edmunds Paoa, sostuvo que el turista finlandés que cortó una oreja de un moai para llevarla de recuerdo debiera sufrir la misma pena.
“Oreja que se corta, oreja que se corta. Mano que se corta, mano que se corta. Entonces ojo por ojo, diente por diente, esa sería mi justicia”, dijo el alcalde en declaraciones a radio Cooperativa desde la isla.
El alcalde forma parte de la comunidad originaria local rapanui, es decir unos 2.200 de los 3.800 habitantes de Isla de Pascua.
El finlandés Marko Kulju, un boxeador y artesano de 26 años, se encuentra en arresto domiciliario y con arraigo que le impide abandonar Isla de Pascua mientras se realiza la investigación por el atentado a un moai de unos 3 a 4 metros.
Los moais, estatuas de piedra volcánica de varias toneladas de peso, son monumentos nacionales, por lo que el turista fue formalizado y enfrenta una condena de cárcel y el pago de una fuerte multa.
En una carta pública, Kulju expresó su arrepentimiento por la acción cometida y pidió disculpas a las autoridades y a los habitantes de la distante posesión chilena.
El daño provocado, sin embargo, parecer ser irreversible pues el trozo de la oreja derecha desprendida se fracturó en varios pedazos. El moai forma parte de una serie instalados en la playa de Anakena y construidos hace varios siglos por habitantes originarios de la isla.Kulju fue sorprendido por una isleña la tarde del domingo cuando llevaba a cabo su acción en un “ahu” o plataforma donde se erigen los moais de la playa de Anakena.
Pero huyó del lugar. La mujer alertó a un guardaparque, que hizo la denuncia a la policía. Fue detenido posteriormente en su hotel y formalizado ante la justicia isleña.