El ex magistrado habla de su cambio personal a raíz del caso Pinochet.
Iván Lepe, El MercurioSANTIAGO.- El juez chileno Juan Guzmán dijo hoy que confiaba en que los procesos judiciales por violaciones de los derechos humanos en la dictadura facilitarían una reconciliación en Chile, pero ahora cree que "harán falta varias generaciones" para lograrlo.
"Como han demostrado los historiadores sobre revueltas anteriores, podrían hacer falta hasta tres generaciones" para lograr una reconciliación de la sociedad chilena, dijo hoy Guzmán a Efe con motivo del estreno del documental "The Judge and the General".
El filme compite por el premio "Golden Gate" en el Festival Internacional de San Francisco y cuenta la transformación personal de Guzmán durante los procesos que condujo contra el fallecido general Pinochet.
Guzmán lamentó que a la gran mayoría de los jóvenes chilenos "ni le van ni le vienen" los casos de tortura ocurridos durante la dictadura y que, salvo grupos aislados vinculados a partidos de la izquierda, el interés por la política es escaso.
"Después de un desastre tan grande, la juventud debería tomar partido", dijo el juez chileno, que hoy dirige el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Central de Chile.
Metas cumplidas
Guzmán abandonó la judicatura en mayo de 2005 tras 30 años de carrera judicial "porque pensé que había cumplido con mis metas" y porque, afirmó, necesitaba un descanso".
Me hostigó mucho la Corte Suprema y pensé que merecía mayor calidad de vida" dijo a Efe.
"Además, nadie es imprescindible". añadió, aunque reconoció que se ha sentido decepcionado con la labor de algunos jueces que han continuado con su tarea.
Guzmán logró procesar a Pinochet en casos emblemáticos de violaciones a los derechos humanos como "Caravana de la Muerte", "Operación Cóndor" y "Calle Conferencia" y durante la investigación de estos casos cambió sus opiniones anteriores sobre la dictadura.
Cuando antes escuchaba casos de desaparecidos "lo que pensaba era que era propaganda izquierdista", aseguró.
Para Guzmán, el documental no es solo "el reflejo de un juez, sino de parte de la sociedad chilena que va dándose cuenta poco a poco de que los hechos fueron reales y existió una tortura sistemática".
La periodista estadounidense Elisabeth Farnsworth, y el periodista y productor chileno Patricio Lanfranco, directores del filme, relataron a Efe que decidieron rodar este documental por razones muy diferentes.
"Desde la primera vez escuché sobre el Holocausto, me ha interesado por qué la gente acepta la maldad. Cuando conocí a Guzmán pensé que era la figura de 'el buen alemán'" contó Farnsworth.
Lanfranco, por su parte, relató que quería ofrecer esta historia al mundo para "hacer una reflexión y poder evitarlo".
Ambos insistieron en que este documental "no es solo sobre Chile", sino que tiene que ver con temas universales y situaciones que se repiten y podrían repetirse en cualquier lugar del mundo.
Aún no hay una fecha para el estreno de la película en Chile y, aunque la reacción del público en San Francisco fue muy favorable, los dos directores reconocieron estar un poco nerviosos sobre cómo será la acogida en el país latinoamericano.
"Pero ahora me siento un poco más confiado de que la gente va a reflexionar sobre ella sin atacarla directamente", dijo Lanfranco.