SANTIAGO.- El dueño del llamado "Bus del amor", que prestaba servicios turístico-sexuales entre Iquique y Tacna, resultó con quemaduras de extrema gravedad tras prenderse fuego en la celda que ocupaba en la cárcel de Acha, en Arica.
El empresario Luis Rosales Barahona (65) consumó así una amenaza que había enviado a fines de noviembre pasado a diversos medios de comunicación locales, ya que asegura que es inocente de la imputación de tráfico de drogas por la cual está recluido. "Me voy a quemar a lo bonzo", escribió en aquella ocasión.
Rosales se encontraba en el pabellón D-3 y se investiga cómo logró llegar el combustible a su celda. Los facultativos de Gendarmería determinaron su traslado a Santiago, ante la gravedad de las quemaduras (85%).
El empresario estaba a la espera del juicio oral, pero había realizado dos huelgas de hambre para llamar la atención. La fiscalía lo acusa de usar como fachada el "bus del amor" para traficar.