QUITO.- El Presidente Sebastián Piñera llegó hoy a la capital ecuatoriana para expresar a su homólogo Rafael Correa su solidaridad por los hechos ocurridos el pasado 30 de septiembre, cuando luego un sector de la Policía se sublevó, al filo de la ruptura democrática.
Tras el encuentro, ambos Mandatarios destacaron la importancia de la unidad regional, y en ese sentido recordaron la agilidad de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para pronunciarse en respaldo a la democracia.
Para Correa, el comportamiento de la Unasur "es la mayor garantía" para que nadie más en América intente quebrantar el orden constitucional.
Piñera, por su parte, apuntó que visitó Ecuador para ratificar el "más absoluto y total apoyo y respaldo al régimen constitucional de Rafael Correa y a la vigencia de la institucionalidad mediante el gobierno legítimamente constituido y elegido por el pueblo ecuatoriano".
Para el Mandatario chileno, la defensa de los derechos humanos y de la democracia en el siglo XXI "no tiene límites ni fronteras", por lo que los presidentes de la Unasur se reunieron de forma urgente el 30 de septiembre para "dar un apoyo claro y firme a la democracia en Ecuador, la Unasur y el mundo".
Correa resaltó no sólo la solidaridad y el respaldo, sino que también la eficacia del apoyo internacional y concretamente de la Unasur, que ese mismo día logró reunir a casi todos los presidentes, con excepción de Luis Inacio Lula Da Silva, de Brasil, y Fernando Lugo, de Paraguay.
El gobernante ecuatoriano destacó que sus colegas se reunieron para expresar "sin rodeos ni titubeos el irrestricto" apoyo a la democracia.
Piñera recordó que su país ha tenido una "amistad histórica" con Ecuador, la cual se "acrecienta todos los días".
Con este gesto, el Mandatario se convirtió en la primera autoridad en viajar a Ecuador para expresar su apoyo a Correa.
Finalmente, el Presidente ecuatoriano agradeció la preocupación de Chile "en momentos tan duros y tristes", como calificó a los hechos de finales de septiembre.
El 30 de septiembre decenas de policías de tropa protestaron por la eliminación de incentivos profesionales y Correa acudió a explicar la ley de servicio público al sitio donde se manifestaban.
No obstante, la manifestación derivó en agresiones y gases lacrimógenos, por lo que Correa debió ser atendido en un hospital cercano, donde quedó atrapado durante unas 9 horas.
El Gobierno ecuatoriano interpretó esa crisis como un intento de golpe de Estado.