SANTIAGO.- El 30 de diciembre pasado, ante el juez de familia de Puente Alto, Francisco Loret, A.G.L. (36) cedió a su esposo, C.P.W. (35) —a quien demandó unilateralmente de divorcio en el juzgado de familia de Santiago debido a su homosexualidad—, la tuición de sus dos hijos, de 10 y 17 años.
Con el acuerdo, que además reguló el régimen de visitas de la madre respecto de los menores, ambos quedaron bajo la custodia permanente de su padre. Actualmente viven junto a él y la pareja gay de éste, H.A.M.
Aunque la convivencia de C.P.W. con su pareja del mismo sexo es un antecedente que no figura en la resolución firmada por el magistrado Loret, sí aparece señalado por A.G.L en la demanda de divorcio que presentó ante el Primer Juzgado de Familia de Santiago el 20 de noviembre pasado, donde planteó que “mi cónyuge me ha confesado en el mes de marzo del presente año (2008) que él es homosexual, y que mantiene una pareja estable de su mismo sexo”.
En esa misma demanda, la mujer solicitó el cuidado personal de los menores, pero en una audiencia preparatoria de divorcio desarrollada el lunes en el Primer Juzgado de Familia de Santiago —a la que no asistió su marido—se desistió de ello, atendido que dicha materia ya fue regulada por el Tribunal de Familia de Puente Alto.
Ante la ausencia de C.P.W., el juzgado de Santiago citó a ambas partes a audiencia de juicio para julio de este año, donde se resolverá el divorcio del matrimonio después de 16 años de unión.
Difícil relación
En octubre de 2008, C.P.W. presentó en el Tribunal de Familia de Puente Alto una medida de protección mediante la cual, el 25 de ese mes, obtuvo el cuidado provisorio de sus dos hijos durante 90 días, y manifestó su intención de pedir la tuición definitiva.
En dicha oportunidad, un informe de la consejera técnica del tribunal de Puente Alto Raquel Garrido —asistente social que entrevistó al padre y a sus hijos— señaló que los niños acusaron haber sufrido maltrato verbal de parte de su madre, que en “estado de descontrol” los habría expulsado de su casa, en presencia del padre, quien entonces los llevó a vivir con él, a La Florida.
En dicha instancia además se informó que ninguno de los dos niños deseaba volver junto a la madre. Ambos, según ella misma reconoce en la demanda presentada en el juzgado de familia de Santiago “apoyan (a su padre) en la decisión de que él tenga una nueva pareja y viva con una persona de su mismo sexo”.
“Cuando mis hijos se enteraron de la condición sexual de su padre lo apoyaron incondicionalmente y se fueron con él”, agrega la mujer en el requerimiento.
En noviembre, el padre pidió al mismo juzgado que le otorgara la tuición de sus hijos y que la madre pagara pensión alimenticia. Esta última materia también fue regulada mediante un acuerdo firmado en el tribunal de familia de Puente Alto el 9 de febrero pasado, en el cual se estableció el monto que la mujer pagará mensualmente.
“El Mercurio” solicitó audiencia con el juez Loret a través de la administradora del juzgado de Puente Alto, Lucía Fernández, pero no obtuvo respuesta.