Mozart fue el último hijo de Leopold Mozart y Anna Maria Pertl. Wolfgang y su hermana Maria Anna (conocida por la familia como Nannerl) fueron los únicos sobrevivientes de siete hermanos. Desde pequeños, ambos mostraron capacidades asombrosas para la música, sobre todo Wolfgang quien tenía además grandes aptitudes para las matemáticas.
Su padre era un hombre inteligente y orgulloso, que componía y daba clases de música. En 1756 publicó un libro sobre el arte del violín que tuvo gran éxito y lo hizo famoso, pero luego del nacimiento de Wolfgang ese mismo año, abandonó todo para dedicarse exclusivamente a su formación.
Leopold consideraba que los dones musicales de su hijo eran un milagro divino y, como hombre de fe, sentía que era su obligación guiarlo por este camino.
Algunos biógrafos de Mozart creen que su padre deseaba mostrar al mundo el talento de su hijo y que por eso, a la corta edad de seis años, decidió exhibir su grandeza musical por las cortes de Europa. En la actualidad otros críticos consideran que simplemente lo explotó.
Sea por una u otra razón, Leopold influyó fuertemente en su crianza como padre y profesor, mostrándose como una figura autoritaria y opresiva.
La vida de Mozart no fue en ningún caso fácil. A la edad de 16 años sus dotes musicales continuaban desarrollándose, sin embargo la búsqueda de un trabajo digno y estable no rindió frutos. Las deudas y los problemas económicos fueron una constante durante su vida, que el talento y la fama no lograron superar.
En Salzburgo pudo componer una gran variedad de obras, sin embargo se sentía prisionero trabajando para el Príncipe-Arzobispo Colloredo, que constantemente le encargaba componer música sacra. Es por esto que en 1777 abandonó su puesto y partió en compañía de su madre a París en 1778, en busca de un puesto mejor remunerado en las cortes europeas.
En una escala en Múnich conoció a la familia Weber y se enamoró de la hija mayor, Aloyse, quien lo rechazó. Esta desilusión, sumada a la muerte de su madre en 1778, provocó que Mozart abandonara la capital francesa y regresara a Salzburgo deprimido y melancólico.
A pesar de este difícil período en la vida del músico, en 1781 se compromete con Constanze, hermana menor de Aloyse. Leopold no tenía mucha estima por la familia Weber, lo que provocó que Mozart postergara en variadas ocasiones la presentación de su novia a sus padres y se casara finalmente en 1782, sin el consentimiento de su padre.
A los 27 años Wolfgang fue padre, pero su primogénito falleció al mes de nacido. Otros tres de sus hijos morirían a corta edad, siendo Karl Thomas y Franz Xaver los únicos sobrevivientes. Sin embargo Mozart continuaría componiendo y encontraría inspiración en el ideal filosófico de la francmasonería.
Pero uno de los golpes más duros en la vida del compositor llegaría en 1787, con el fallecimiento de su padre. Tras este hecho, Mozart, se obsesionó con la idea de la muerte, su salud empezó a declinar y su concentración a disminuir. En 1791 empeora y un día caminando con su esposa le comenta agitado que alguien lo había envenenado. Poco tiempo después quedaría postrado en su lecho.
Wolfgang presentía que ya no volvería a levantarse, pero desebaba terminar de componer su misa de difuntos. No lo logró y fue su discípulo, Süssmayr, quien completó el "Réquiem" K. 626.
El 5 de diciembre de 1791 Wolfgang Amadeus Mozart muere en Viena, a los 35 años. Nunca hubo acuerdo absoluto en la causa de su muerte. Dada su posición como compositor, que durante su época equivalía a la de un sirviente, tuvo un entierro de 3ª Clase en una tumba colectiva, por lo que sus restos nunca pudieron ser individualizados.