BRUSELAS.- La incertidumbre persiste en las negociaciones entre Atenas y sus acreedores, la Unión Europea y el FMI, que pueden conducir a un acuerdo -y más ayuda financiera al país o a la reestructuración de su deuda- pero también, en el peor de los casos, a una salida de Grecia de la zona euro.
Las conversaciones, que por ahora continúan sin lograr un acuerdo, podrían terminar en los siguientes escenarios:
Acuerdo y ayuda financiera
Si Grecia llega a ponerse de acuerdo con los acreedores, recibirá un último tramo pendiente de 7.200 millones de euros, correspondiente al segundo plan internacional de rescate financiero de 2012. Ello le permitiría hacer frente al vencimiento de una deuda (US$ 1.600 millones, el 30 de junio) con el FMI, y pagar pensiones, salarios de funcionarios, etc..
Pero este alivio sería apenas temporal, porque Grecia tiene enormes necesidades de financiación, y una deuda con un nivel insostenible (180% de su PIB).
Plan de ayuda nuevo o renovado
La idea de un tercer plan de rescate, de 30.000 a 50.000 millones de euros, o más, con dinero fresco de los europeos, fue alguna vez considerada pero ahora parece descartada. Alemania se opone a ella.
Es más probable que Atenas acuerde con sus acreedores prolongar el actual plan -se habla de nueve meses más-, que llega a término el 30 de junio. Ello le permitiría al país contar con el apoyo vital del Banco Central Europeo (BCE) y recibir dinero del FMI.
Reducción de la deuda
Aún en caso de acuerdo, el tema de la deuda griega sigue planteándose. Atenas quiere un gesto de los acreedores y les recuerda que en 2012 ellos mismos habían aludido a medidas suplementarias para "garantizar una reducción creíble y viable" de la deuda, bajo ciertas condiciones.
Pero esta promesa tiene ahora escasas posibilidades de materializarse: el margen de maniobra es reducido porque los europeos ya han hecho mucho por Atenas (reducción de tipos de interés, prolongación de la madurez de los préstamos -que supera 30 años en promedio-, implementación de una moratoria para rembolsar deuda, etc).
Muchos economistas abogan por una quita parcial de la deuda pero nadie está dispuesto a asumir abiertamente esta posibilidad, que equivaldría a perder dinero, en particular para los países de la zona euro.
'Default'
Ha dejado de ser tabú la idea de que Atenas no pueda pagar al FMI el 30 de junio. Incluso se aludió a ello en la reunión de la zona euro celebrada esta semana en Bruselas.
Si el Gobierno griego no paga al FMI, se generaría sin duda un pánico bancario, con miles de ahorradores e inversores tratando de recuperar su dinero, con lo que los bancos correrían el riego de quebrar.
El gobierno heleno podría imponer medidas de control de capitales e introducir temporalmente una divisa paralela, por ejemplo los "IoU" (del inglés I owe you, "le debo"), una forma de reconocimiento de deuda. Los "IoU" permitirían pagar los gastos internos, mientras que los euros estarían reservados al pago del servicio (intereses) de la deuda.
"Grexit"
Este es el escenario en el que nadie quiere creer, una salida de Grecia de la zona euro, ya que socavaría los fundamentos de la Unión monetaria y de Europa.
El riesgo, que puede concretarse en caso de 'default' griego, es que genere un efecto de contagio en los mercados, que buscarían el próximo eslabón débil de la unión monetaria, abriendo así la vía a nuevos abandonos.