SANTIAGO.- Rusia, Brasil y Canadá encabezan por tamaño a los países que ya han acumulado dos trimestres consecutivos de disminución en su producto bruto interno. Noruega, Finlandia y Australia, entre otros, tratan de esquivar la misma situación.
Rusia
El problema de Rusia es su alta dependencia al petróleo, indica Yaroslav Lissovolik, jefe de Estrategia del Deutsche Bank en Moscú, en un reporte enviado al diario El Comercio de Perú. El analista prevé que la recesión iniciada en el primer trimestre del año llevará a que el país sufra este año una contracción de 3,8%, seguida por otras de 1,2% el 2016.
Este martes, el primer ministro ruso Dmitri Medvédev, dijo a EFE que "la situación sigue siendo muy difícil" debido a "los problemas estructurales" y la inestabilidad de los mercados energéticos, "especialmente de hidrocarburos", y de "los mercados de capitales".
El Presidente Vladimir Putin acusa a EE.UU., Europa y Arabia Saudí de los males que afectan a su país. Al último lo responsabiliza del bajo precio del petróleo y a los dos primeros por las sanciones económicas que impusieron a su país tras la crisis de Crimea y Ucrania.
Pero la culpa también ha sido de Putin, sostiene Ben Judah, autor de "El Imperio Frágil: cómo Rusia se enamoró y dejó de amar a Vladimir Putin". En un artículo para la BBC Mundo, Judah critica cómo el presidente ruso desoyó durante años los consejos de sus ministros y asesores sobre la necesidad de aprovechar el "boom" petrolero para que la economía se vuelva menos dependiente del crudo.
"Nosotros no somos Kuwait. No podemos ser un pequeño y próspero emirato. Somos un país grande que no podrá alimentarse del petróleo. Debemos aprender a hacer dinero con nuestros cerebros", había afirmado Vladislav Surkov, uno de los asesores más poderosos de Putin, antes que los precios del crudo empezaran a bajar.Pero nada de eso pasó.
Lissovolik no prevé una recuperación sino hasta 2017. “El consumo está muy golpeado por la inflación y la devaluación”, sostiene, y agrega que el Estado no tiene forma de aumentar su gasto.
Canadá
La economía canadiense ha sido la primera de las mayores economías del mundo en debilitarse hasta lo que técnicamente se considera una recesión, aunque lo nieguen su Gobierno -que lucha por enmendar el rumbo- y varios analistas independientes.
El hecho es que en el primer y segundo trimestre del año Canadá sufrió contracciones de 0,2% y 0,1%. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la caída se debe al petróleo.
El ministro de Finanzas de Canadá, Joe Oliver, sostiene que saldrán de esta situación esta segunda mitad del año. "Los sectores vinculados al petróleo han caído, pero no toda la economía canadiense. Somos cada vez menos dependientes del petróleo y más bien del sector servicios. Las empresas han hecho un ajuste que ya no harán de nuevo. Ya en agosto el empleo se ha recuperado", afirmó Oliver.
Para soportar el shock petrolero, Canadá ha aplicado una política fiscal expansiva, reduciendo los impuestos y aplicando planes de creación de empleo.
Derek Holt, vice presidente de Investigación en el área de Mercado de Capitales de Scotiabank, afirmó a El Comercio de Perú ya existen diversos indicadores que sugieren que lo peor ya pasó. "Actualmente, un 85% de la economía canadiense no depende del sector Energía", afirma.
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody's, comparte la percepción de que Canadá no está demasiado golpeada. "La caída ha sido muy pequeña y de menos de un punto porcentual en términos anuales. Se van a recuperar rápido", dice. De Brasil no se espera lo mismo.
Brasil
El último informe Focus, del Banco Central, arroja que más de cien instituciones financieras esperan que el PBI caiga este año 2% y el 2016 en 0,15%. En este caso, la caída de las materias primas no ha sido lo más determinante.
Brasil es una economía con fuerte actividad industrial y de servicios, aunque también fuerte en producción de commodities agrícolas, petroleo y minería. Según diversos analistas, lo que ha llevado al país a la recesión ha sido el mal manejo económico y la parálisis de la inversión ante el destape de casos de corrupción y la grave crisis política que se ha generado.
Luego del boom de las materia primas y el auge de los emergentes,Brasil entró en recesión en el primer semestre de 2014.
Para Daniel Lacalle, economista español y gestor de fondos, Brasil trató de solucionar sus problemas elevando el gasto fiscal y comprometiendo a sus empresas estatales. "Aplicaron las recetas keynesianas con grandes gastos (incluido el Mundial de Fútbol) que agudizan los desequilibrios", indica en su blog Lleno de Energía.
"El uso de sus grandes empresas semiestatales como máquinas de gasto improductivo, con casos de corrupción alarmantes, y usar los sectores regulados para gestionar una inflación galopante sin conseguir nada más que perpetuar ineficiencias, ha llevado a que la deuda de las empresas se dispare hasta niveles difíciles de justificar", agrega.
"Brasil está muy sin mando, muy dividido. Hacía tiempo que el país no afrontaba una situación de estas", ha resumido Antonio Porto Gonçalves, profesor de la Fundación Getúlio Vargas.