SANTIAGO.- Han pasado siete años desde que comenzó la última crisis financiera en Estados Unidos, una de las más crudas de la historia, que hizo caer a grandes bancos, quebró a países de Europa y puso en duda la sostenibilidad del sistema capitalista.
En el último tiempo, la primera potencial mundial ha mostrado brillantes luces de que su economía volvió al cauce. Tanto, que la Reserva Federal decidió normalizar la tasa de política monetaria en el mediano plazo -por lo menos eso ha dicho desde 2014-.
Pero esta historia de superación podría encontrarse con nuevos problemas. Según una encuesta realizada por Bloomberg, la próxima recesión que vivirá Estados Unidos será en 2018.
Fueron 31 economistas consultados, entre el 8 y el 9 de septiembre, de los cuales el 35% espera que el presidente que sucederá a Barack Obama se enfrentará a una nueva crisis. Otro 27%, cree que será en 2020.
Las razones apuntan a los temores que genera en algunos sectores el que la subida de tasas sea demasiado pronto e impacte en el crecimiento del PIB. Y porque los precios de los productos básicos, el comercio y la inflación aún son lentos.
También está la desaceleración de China y de otros importantes mercados emergentes como Rusia y Brasil. Y se cree que el crecimiento en las economías desarrolladas puede no ser lo suficientemente fuerte como para ayudar a mantener al mundo si cae en una contracción, según el economista jefe de Citigroup, Willem Buite, quien cree que hay un 55% de probabilidad que vivan algún tipo de recesión global los próximos dos años.