PARÍS.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) va a revisar a la baja sus previsiones sobre la economía mundial para este año y el próximo ante los signos de una desaceleración del proceso de recuperación en los países emergentes, según la directora general, Christine Lagarde.
En una entrevista publicada por el diario económico francés "Les Echos", Lagarde señaló que la previsión que habían hecho de una subida del Producto Interno Bruto (PIB) mundial del 3,3% "ya no es realista", como tampoco lo es el 3,8% para 2016.
En todo caso, puntualizó que sus nuevas estimaciones se mantendrán "por encima del umbral del 3%.
Explicó que se está produciendo una basculación entre los países emergentes y los desarrollados, porque mientras los primeros que eran los que tiraban del crecimiento se están ralentizando, los otros aceleran su cadencia.
Sobre China, comentó que la ralentización "bien gestionada es una buena noticia si se llega a anticipar e integrar".
La directora del FMI considera que la Reserva Federal estadounidense les ha escuchado al mantener sus tipos de interés porque "debe esperar que la recuperación estadounidense se consolide antes de iniciar su giro monetario".
"No hay ninguna razón para precipitarse", sobre todo, porque si luego la Reserva Federal tuviera que dar marcha atrás, eso sería "mucho más nefasto que un movimiento retrasado".
A su juicio, impulsar la actividad mundial y mantener una política monetaria como la actual es necesaria pero no suficiente y algunos países del euro con margen, como Alemania y Holanda, deberían utilizarlo para estimular el consumo.
En cualquier caso, negó que haya demasiada austeridad en la zona euro, ya que el esfuerzo de ajuste presupuestario no supera el 0,3% del PIB.
A su juicio, el problema en la Eurozona es que la política monetaria no se transmite al crédito para los particulares y las empresas, y la razón es que en los países periféricos, no se ha llevado a cabo un saneamiento completo de los balances de sus bancos, que siguen teniendo "importantes créditos dudosos".
Por eso apuesta por "limpiar esos activos" como ya se hizo rápidamente, tras la crisis en Estados Unidos o en el Reino Unido.
Lagarde, cuyo mandato termina en julio de 2016, señaló que si el consejo de administración del fondo le pide que sea candidata para uno más, se lo planteará, pero esa cuestión no se precisará hasta la próxima primavera y en su decisión también pesará "una dimensión estrictamente personal" como es su vida familiar.