SANTIAGO.- Cuando la agencia de calificación Standard and Poor's le quitó la nota de inversión a Brasil, debido a su alto nivel de deuda y la falta de políticas que pudiesen revertir esa situación, la duda que quedó entre los inversionistas es si esto provocaría otras rebajas en la región.
La situación externa, como la desaceleración china y la consecuente caída de los precios de los commodities, ponían a los mercados emergentes de Latinoamérica en una situación de mayor incertidumbre.
En el caso de Chile, el panorama no era mejor, considerando la agitación política, social y económica por las reformas.
Pero es esta misma agencia la que ahora pone paños fríos. "Vemos que jurídicamente e institucionalmente Chile sigue siendo extremadamente sólido", afirmó Roberto Sifón-Arevalo, director de calificaciones de S&P para Latinoamérica en entrevista con Emol.
El ejecutivo sostiene que si bien "la película se ve hoy un poco menos buena de lo que se veía hace dos años atrás (...), cuando había superávit", no ven posibilidades de cambiar la nota de riesgo del país y que la "calificación está balanceada".
La última vez que S&P revisó la nota de riesgo de Chile fue recién el 25 de septiembre pasado, cuando mantuvo la clasificación en AA- por "la baja carga de la deuda, estabilidad política y la economía flexible y resistente, que da al Gobierno una capacidad significativa para introducir políticas contracíclicas que absorban los choques externos adversos".
Eso sí, y al igual que muchos analistas, detalló que "las limitaciones de calificación son la alta dependencia del país respecto de sus recursos naturales, así como su bajo ingreso per cápita en comparación con la países con calificaciones similares".
El periodo de evaluación de la calificación crediticia de S&P es cada dos años, a menos que ocurra un evento sorpresivo que amerite adelantar la revisión, por lo que Chile no arriesgará un cambio de nota hasta 2017, periodo que coincidirá con las elecciones presidenciales.
El ejecutivo también recalcó que en todo el resto de Latinoamérica se están viviendo cambios regulatorios, pero que lo que miran ellos para evaluar, es la estabilidad institucional del país.
"Muchas de las compañías que han venido a Chile, no lo hacen porque el mercado es enorme o porque tenga tasas de rentabilidad gigantescas: vinieron porque Chile les ofrece estabilidad. Estabilidad que no se ha perdido", enfatizó.