Diversos fueron los comentarios en Emol, en su mayoría críticos de los gobiernos por no haber aprovechado los altos recursos que dejó el cobre, en beneficio de otros sectores productivos.
"Todos saben lo que era necesario hacer y pueden hablar horas sobre ello para la prensa, pero resultados concretos cero. Conclusión: seguimos condenados a sufrir las bajas de precio del cobre", comenta Claudio Mergudich.
Si bien José Antonio Jara Burchardt, dice que los "gobiernos siempre han estado más interesados en generar propuestas que demuestren sus resultados en sus mismos gobiernos para que el siguiente no se lleve el crédito”, asegura que la culpa también la tenemos nosotros.
"En promedio, el chileno es poco exigente con los planes que le exige al gobierno, somos egoístas y nos centramos más en nuestro bienestar dando amplio espacio a la ineficiencia del actuar político. Después de todo; cada país tiene el gobierno que se merece, indica.
¿Alguna solución?
Si bien en 10 años el impacto que ha tenido el Consejo de la Innovación y Desarrollo ha sido positivo, según dice Eduardo Bitrán, vicepresidente ejecutivo de Corfo, falta para que el país otorgue una mayor prioridad al crecimiento basado en el conocimiento y la innovación.
Ante ello, el comentarista de Emol, Alejandro Carrasco San Martin, señala que "aún tenemos mucho potencial en áreas poco trabajadas como la agricultura, turismo y otros recursos renovables que buen planificados producen riqueza y trabajo".
No obstante, Alejandro Urra afirma que "ni siquiera se aprovechó la posibilidad del litio para crear la industria del futuro: las baterías. En el presente y en el futuro toda la tecnología será portátil. Lo teníamos todo: cobre y litio, y se despilfarró la oportunidad. No aprendimos nada del salitre".
Mirada distinta
Una visión distinta tiene el comentarista Osvaldo Meza, quien en su explicación dice que uno de los responsables es el sistema económico. "Esta situación es consecuencia lógica del actual modelo económico que señala que el país tiene que abocarse íntegramente a lo que son sus ventajas comparativas. Es un tremendo error", sostiene.
Mientras que Luis Caviedes afirma que "a los empresarios chilenos no les interesa crear nada, sólo invertir a corto plazo y ni hablar de la inversión extranjera que solo se llevó el cobre en bruto".
Por último, Alberto Duarte, asegura que "los países que tienen más alta inversión en I+D también tienen transporte público estatal, salud pública, educación gratuita, etc. Chile está en manos de los privados. Tampoco puede comparar los impuestos que se pagan en esos países ni las leyes laborales que permiten una mejor repartición de la riqueza donde somos campeones mundiales de desigualdad. Por lo tanto, si el Estado está empequeñecido, podría ser responsabilidad de quienes usurparon los recursos financiar la I+D".