Los datos de Encuesta Nacional de Clima Laboral (Encla) realizada por la Dirección del Trabajo en sus versiones 2008 y 2011, muestran que entre un 65% y 70% de los empleadores encuestados extendía los beneficios a los demás trabajadores.Pero, ¿cómo es en el resto de los países de la OCDE?
El Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes) realizó un informe en el que analizó los casos del resto de los integrantes que son parte de la OCDE sobre la extensión de los beneficios a los trabajadores que no están sindicalizados.
Para los países analizados, se aprecia que la mayoría de éstos permite la extensión voluntaria de los beneficios por parte de los empleadores.
Este es el caso de Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Hungría, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Lituania, Noruega, Reino Unido, Suecia y Suiza.
En el caso de
Francia, la extensión voluntaria puede proceder en caso que el contrato colectivo no lo prohíba expresamente, sin embargo, este país tiene una alta cultura de extensión de beneficios mostrando la mayor disparidad entre cobertura y sindicalización dentro de la muestra de países de la OCDE, donde sólo el 7% de los empleados están afiliados
17,1%
Fue la tasa promedio de sindicalización en la OCDE en 2012. En Chile fue de 15,3%
Mientras que Bélgica, Austria, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Holanda, Hungría, Islandia, Israel, Italia, Luxemburgo, Noruega y Suiza existen sistemas de extensión de beneficios automáticos al resto de los trabajadores con posterioridad a una negociación colectiva.
"Esto es muy común para los países con negociaciones más centralizadas, pero al mismo tiempo la extensión obligatoria tiene requisitos de representatividad en la mayoría de los casos. De esta manera, los beneficios se suelen extender de manera automática (y obligatoria) cuando los contratos colectivos cubren a una gran proporción de los trabajadores de un sector o empresa", señala el informe.
Por otro lado, aún así la opción de la extensión voluntaria está casi siempre disponible. Los únicos países revisados que exigían la aprobación del sindicato para extensión de beneficios a los demás trabajadores son Alemania, Eslovaquia, Eslovenia y Nueva Zelanda.
El caso de Nueva Zelanda es más curioso aún, ya que este promovió rigideces en la negociación colectiva a favor de los sindicatos, prohibiendo entre otros la extensión de beneficios, pero el efecto final fue una disminución de la tasa de sindicalización porque los trabajadores podían lograr mejores contratos de manera individual.
El director alterno de Clapes UC, Rodrigo Cerda, sostiene que al final lo que está ocurriendo que muchos trabajadores, si quieren optar a estos beneficios, se van haber obligados a sindicalizarse, y eso es curioso porque en otras partes del mundo no es necesario y esto le da un poco más de flexibilidad a todo el mercado laboral.
"Es importante darse cuenta que en otros países por algo se está dando esta extensión de beneficios, seguramente para que estos trabajadores mantenga su libertad que les permita hacer negociaciones en paralelo donde consigan cosas adicionales", añade el economista.