SANTIAGO.- Hace solo un par de años parecía bastante común que las personas no lo pensaran dos veces antes de incluir en sus compras los productos que se ofrecen al momento de llegar a la caja.
Actualmente, el panorama ha cambiado. Hoy, solo el 39% de la población confiesa que compra artículos pese a no tenerlo programado previamente.
Esto representa una baja de 11 puntos porcentuales respecto de 2011, en que las personas que reconocían este tipo de conducta alcanzaban a la mitad de la población, según un estudio de GfK Adimark que publica "El Mercurio" en su edición de hoy.
Este cambio de comportamiento se ve directamente relacionado con el débil momento económico que vive Chile, en el que se proyecta que en 2015 el crecimiento bordeará el 2%.
George Lever, gerente de Estudios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), señaló que "la disminución en las compras impulsivas se relaciona con la desaceleración en los ingresos de los hogares, lo que ha afectado al consumo en general".
Agregó que durante ciclos económicos bajos, es posible observar varios cambios en los hábitos de consumo, como, por ejemplo, una menor demanda de bienes durables, una selección de bienes y servicios de menor valor unitario, marcas propias y un mayor apego a decisiones de compra programadas.Débil desempeño
Otro de los antecedentes que arrojan una disminución en este tipo de conducta son las cifras relacionadas al comercio minorista.
Las ventas del sector, que es donde se concentran las compras impulsivas, han mostrado un débil desempeño en el último tiempo.
Según el último informe de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), las ventas minoristas de la Región Metropolitana registraron un nulo crecimiento en agosto con respecto a igual mes de 2014.
El informe también muestra que las ventas minoristas acumularon un crecimiento promedio de 0,9% entre enero y agosto de 2015, por debajo del alza de 2,4% registrada en igual período del año anterior, y lejos del 10,1% alcanzado en igual lapso de 2013.
Bernardita Silva, gerenta de Estudios de la CNC, afirmó que "el debilitamiento en las ventas minoristas tiene una relación muy estrecha con que las compras impulsivas hayan caído, y todo esto va en línea con la desaceleración que estamos viviendo como país".
Añadió que otros factores, como la caída en el nivel de confianza de empresas y consumidores, han afectado todo tipo de compras, incluyendo las impulsivas.