SANTIAGO.- Argentina es la tercera economía más grande de Latinoamerica y uno de los países de la región castigado por organismos internacionales por su falta de transparencia en la entrega de datos económicos.
Quien sea que obtenga el triunfo electo este domingo -o en segunda vuelta- tendrá que asumir la presidencia con una pesada carga que incluye las dificultades que experimenta el país vecino.
Las proyecciones de los organismos internacionales varían bastante. El más pesimista es el FMI, que espera una mínima expansión de 0,4% del PIB para este año y una contracción de 0,7% para 2016.
"El gasto público creció a más del 35% en los primeros ocho meses del año y el déficit fiscal se duplicó en un año, ubicándose en el 4% del PBI (...) Por eso vemos una contracción", explicó el organismo internacional a principios de este mes.
La Cepal espera que tanto este periodo como el próximo, crezca 1,6%. El Gobierno de Cristina Fernández espera un 3%.
Hoy la inflación anual del país está en 14,5% y proyectan que terminará 2015 en 15%. El FMI espera que el aumento de los precios de los productos llegue al 25% el próximo año.
Tanto Macri como Scioli probablemente tendrá que buscar un acuerdo con los acreedores holdouts, conocidos como "buitres", que demandaron al país por unos bonos impagos para normalizar la situación.
En junio de este año, un tribunal de Estados Unidos sentenció a Argentina a pagar US$ 5.400 millones a más de 500 acreedores que rechazaron la reestructuración de la deuda argentina en 2005 y 2010.
Esto se suma a otro verdicto por US$ 1.330 millones que el año pasado favoreció a dos holdouts y trece pequeños inversores.
En Argentina no hay dólares y los candidatos están a favor de revertir la situación. En 2011 el Gobierno estableció restricciones a la compra de divisa extranjera para frener la creciente fuga de capitales, lo que ha provocado un verdadero apetito por los ciudadanos por conseguir el billete verde y un rechazo a la moneda local.
El tipo de cambio cayó a un mínimo récord de $16,10 por dólar en el mercado negro esta semana, según Reuters, ya que los inversores apostaban a una devaluación cercana, cualquiera sea el gobierno que asuma en diciembre.
En el país trasandino hay más de diez "tipos" de dólar, cuyo cambio depende si es lo establece el banco central, o el que compran las empresas, o el mercado negro, o las personas en la calle, y así sucesivamente.
"El cepo -que es como se le conoce a esta medida- es un corralito a la inversa, porque es otra forma de control de capitales", explicó para un diario español Federico Poli, economista que participó en el gobierno después del default de 2001. "El corralito encerraba la demanda porque no podías extraer dinero, el cepo acorrala la oferta", apuntó.
Hace dos años que el Gobierno ocultó los parámetros oficiales para medir cuántos pobres hay en el país, segú reporta el diario La Nación local, pero la Universidad Católica Argentina informó que según su medición creció en 2014 al 28,7% de la población.
Eso significa que alrededor de 11 millones de personas, sobre la base del censo 2010, están en la pobreza. La indigencia también se incrementó al 6,4% el año pasado, con dos millones de argentinos.