PARÍS.- La industria del chocolate, firmemente implantada en los mercados europeos próximos a la saturación, mira cada vez más hacia los países emergentes como China o Rusia.
Aunque los europeos siguen siendo los mayores consumidores de chocolate del mundo, parecen haber saciado su apetito. En 2014, el consumo se mantuvo estable en Francia (6,69 kg por habitante y año) o en Finlandia (7,23 kg.) en relación a los niveles de 2010, según la organización industrial europea Caobisco.
Algunos países europeos muestran en cambio una ligera progresión, como Alemania (12,22 kg.), Austria (8,80 kg.) y Bélgica (7,54 kg.), pero en otros, como Reino Unido (8,86 kg.) y Dinamarca (7,58 kg.), el consumo cayó en alrededor un kilo por habitante en cuatro años.
"En general, el consumo de chocolate en Europa occidental ha tendido a estabilizarse", dijo Florence Pradier, secretaria general del sindicato del chocolate, que reúne a la mayoría de empresas francesas del sector.
Paralelamente se observa "un aumento de su consumo en los países emergentes", que tradicionalmente "no son consumidores de chocolate", añade.
Según cifras de la Organización Internacional del Cacao (ICCO), entre 2003 y 2011 hubo un aumento de la demanda en India y China, donde el consumo se mantuvo sin embargo por debajo de 30 y 40 gramos, respectivamente, por habitante en promedio. En Indonesia fue de cerca de 100 gramos.
Este fenómeno es más significativo en países como Brasil, Rusia y Arabia Saudí -donde los volúmenes de cacao consumidos son más consecuentes (entre 1 y 1,5 kg)- y aún más en Australia y Canadá (entre 2,5 et 3 kg).
"Hoy en día las fuentes de crecimiento son estos nuevos mercados, los países de América del Norte, de Asia así como Rusia y Brasil", confirma Christophe Bordin, portavoz de Ferrero Francia.
Pero el despertar del gigante chino también podría desestabilizar el mercado mundial del cacao. ICCO prevé que la cosecha de cacao será de 4,1 millones de toneladas para la temporada 2014-2015, que terminó a finales de septiembre, un nivel alto pero inferior en 5% en comparación con la temporada anterior.
Para garantizar un incremento suficiente de su producción, los fabricantes intentan aumentar los rendimientos de sus proveedores con programas de certificación implementados junto a las oenegés. Estos programas combinan técnicas agrícolas (genética, riego, fertilizantes) y conciencia social (deforestación, trabajo infantil, ingresos de los agricultores).
"Tenemos la capacidad de aumentar la productividad a nivel mundial", sobre todo en Costa de Marfil y Ghana, que concentran más del 60% de la producción mundial de cacao, afirma Pradier, y subraya que "otros países en el mundo están desarrollando plantaciones industriales", como Ecuador.
"No se habla de riesgo de escasez", asegura. "Las reservas son altas, y existen programas que ayudarán a estabilizar la producción en los próximos cinco años", por lo que podemos "mirar el futuro con serenidad".