Granos de soja, Argentina.
EFEBUENOS AIRES.- Para el final del mandato de cuatro años del presidente electo Mauricio Macri, Argentina habrá superado a Rusia y Brasil como exportador de maíz y triplicará el volumen del trigo que embarca al exterior, dijeron analistas del sector.
El opositor Macri derrotó el domingo en una segunda vuelta electoral al candidato oficialista, Daniel Scioli, anticipando el fin de un conflicto que hace ocho años mantienen agricultores y el Gobierno por políticas que, según el sector agropecuario, golpearon la productividad rural.
Durante su campaña, Macri prometió eliminar impuestos y las restricciones a las exportaciones de maíz y trigo y dijo que Argentina debía devaluar su moneda para incrementar la competitividad de sus agricultores.
Como resultado, los productores probablemente comiencen a alternar más entre soja -el cultivo estrella del país- y otros cultivos, lo que no sólo impulsaría la cosecha de maíz y trigo, sino que también mejoraría la nutrición de los suelos.
"Yo sembré sólo un tercio del total de trigo y maíz que me hubiera gustado sembrar este año. Y esto es algo que se ha repetido en los últimos ocho años", dijo Santiago del Solar, un productor de la provincia de Buenos Aires, el principal distrito agrícola del país.
Argentina es el principal proveedor internacional de harina y aceite de soja, y el tercer exportador mundial del poroto sin procesar. Los embarques de los productos de la cadena de la oleaginosa no están restringidos, como sí lo están las ventas al exterior de maíz y de trigo.
A ambos cereales también se les aplica un impuesto a su exportación -conocido como retención-, del 20% y 23%, respectivamente. La exportación de soja está gravada con un tributo del 35%.
De acuerdo a Macri, tras su asunción el 10 de diciembre eliminará los impuestos y límites a las exportaciones de maíz y trigo. El opositor gobernará a la tercera mayor economía de Latinoamérica hasta fines del 2019 y podrá postularse por un segundo mandato consecutivo.
El mayor salto en términos de área de siembra de maíz llegaría la temporada próxima, cuando se incrementaría 1 millón de hectáreas para totalizar 4 millones de hectáreas, dijo el analista agrícola Pablo Adreani.
El equipo de políticas agropecuarias de Macri pronostica un crecimiento del 30% en la producción de granos argentinos y oleaginosas a 130 millones de toneladas para fin de su mandato en el 2019.
El plan es que la mayor parte del incremento sea destinado a la alimentación para ganado doméstico, en un intento de aumentar radicalmente la oferta de carne vacuna, de cerdo y de ave de Argentina.
Una mayor rotación de los cultivos ayudaría a proveer mucho más maíz de uso comercial.
"Estos cambios podrían reposicionar a la Argentina en maíz. Al incrementar su producción y saldo exportable volver al segundo lugar después de Estados Unidos, y no como ahora, cuartos después de Estados Unidos, Brasil y Rusia", dijo Gustavo López, presidente de la consultora Agritrend.
Macri dijo que recortará en cinco puntos porcentuales por año desde el 2016 el impuesto a las exportaciones de soja de 35%. Eso, conjuntamente con su promesa de permitir una devaluación del peso, ayudaría al sector agropecuario de Argentina a recuperar competitividad.
"La competitividad se va a recuperar en el mediano o largo plazo con modificación del tipo de cambio y adecuación de los precios relativos", dijo Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que representa a los productores agropecuarios de mayor escala del país.
Ambrosetti dijo que miembros de la SRA cuentan con que Macri no sólo reducirá los impuestos a la exportación y eliminará las restricciones a las exportaciones de trigo y maíz, sino que también ayudará al sector al reducir la alta inflación del país y a mejorar las rutas.