SANTIAGO.- Diego Hernández -presidente de Antofagasta Plc, brazo minero del grupo Luksic, y vicepresidente de la Sonami- asegura estar preocupado ante el precio del cobre.
La brusca caída del precio metal rojo tiene a las grandes, medianas y pequeñas empresas mineras por las cuerdas, y el desplome del commodity coincide con un período de vertiginosas reformas en un escenario macroeconómico complejo.
"Ha habido períodos igual de difíciles en el pasado. Lo que pasa es que hace tiempo no había un período como este. Y cuando viene uno así, las empresas se deben ajustar, lo que toma un poco de tiempo. Si la caída es muy brutal, como ha sucedido ahora, las reacciones son más brutales también", señala en
entrevista con El Mercurio.
Respecto a 2016, el ejecutivo sostiene que "hay incertidumbre en el mercado. Todavía hay algunos que insisten en que el precio puede seguir bajando a valores de US$ 1,8, lo que provocaría algunos cierres, que hasta ahora no ha habido tanto en Chile. Pero la mayoría, entre los que me incluyo, creemos que los precios permanecerán en los niveles de estos últimos dos meses, entre US$ 2 y US$ 2,2. Si eso sucede, las correcciones ya se han hecho y no debería pasar mucho más".
¿Pasó lo peor?
"Depende. Si consideramos las condiciones actuales de precio, ya se ha tomado el 60% de las medidas que se necesitan -ajustes de dotaciones, revisión de los contratos, cambios en los planes mineros, mejor utilización de activos y postergación de gastos que no afectan la operación- y quedan solo las medidas de más largo plazo, de optimizaciones. Ahora, si el precio sigue bajando, vendrían medidas más complejas, algunas faenas entrarían en pérdidas y tendrían que suspender sus operaciones. No esperamos mucho eso".
En el mundo minero, ¿quién está más afectada?
"La mediana minería. La pequeña minería, si bien está complicada y varias han cerrado, está discutiendo con Enami y el Gobierno una mejora en el precio de sustentación y con eso sobrevivir. Sin eso, bueno, muchos cierran. Pero en la mediana minería la situación es mucho más complicada, porque no se benefician del precio de sustentación. Su costo es mucho más de US$ 2 por libra".
En tanto, en la gran minería "no deberíamos ver cierres. Si la cotización baja, tendrán que suspenderse algunas operaciones que no son rentables. Suspender, no cerrar; porque este bajo precio no es permanente. Pero la suspensión puede durar entre uno a cuatro años, dependiendo de cómo evolucione el precio".
"Si el precio es inferior a US$ 2, digamos US$ 1,8 por libra, probablemente el 15% al 20% de la producción de cobre del país tendría que detenerse, adicionalmente a lo que ya se ha suspendido", indica.
Mientras si el mineral baja hasta los US$ 1,5 y US$ 1,8 por libra, Hernández dice que "el 30% de la producción chilena tendría que parar. Pero es un escenario poco probable y si sucede, por poco tiempo. Lo que veíamos hace unos meses es que esto iba a durar un año y medio y que el precio iba a subir hacia el 2017. Hoy vemos que esto puede durar entre tres y cuatro años (hasta el 2019), con precios como están ahora".