ATENAS.- Grecia es el país más atrasado en el comercio electrónico de la UE, una situación que se debe principalmente a dos factores: la escasa adaptación de empresas y organismos públicos a la sociedad de la información y el miedo de los ciudadanos a enviar datos sensibles a través de Internet.
El comercio electrónico representa apenas el 1 % del volumen de negocios de las empresas en Grecia, según Eurostat, lo que la sitúan en el último puesto de toda la Unión Europea (UE).
En la UE, el porcentaje del comercio electrónico es de una media del 17 %; en España es del 14 %.
"El comercio electrónico ha tardado en llegar a Grecia y eso se debe a la dificultad de adaptación tanto de las instituciones como de los consumidores", explica a Efe Paris Koroneos, director de la Asociación Griega de Comercio Electrónico (GRECA).
En el transporte, por ejemplo, solo el aéreo y el ferroviario ofrecen plenamente la posibilidad de hacer reservas y compras por internet.
Quien viaje en autocar o en ferry- dos medios de locomoción muy usuales dentro de Grecia- puede adquirir su billete de forma electrónica, pero lo que imprime es simplemente una factura que posteriormente debe canjear en taquilla, por lo que el viajero no evita ponerse a la cola.
Según los datos de Eurostat, solo el 24 % de los internautas griegos han hecho este año al menos una compra online por trimestre, mientras que en España la tasa es del 32 % y en Alemania incluso del 64 %.
A pesar de su escaso volumen de negocio, el comercio electrónico en Grecia crece exponencialmente, pues el porcentaje de internautas que hace compras online aumentó un 80 % en los últimos cinco años.
Las 4.000 empresas griegas que se dedican exclusivamente o al menos ofrecen ventas online representan apenas el 7 % del sector del comercio, mientras la tasa española es del 18 % y la media europea del 19 %.
Casi la cuarta parte de todos los consumidores (24,6 %) aducen que no han optado por este método de compra por temor a que no esté garantizada la seguridad de su tarjeta de crédito, según datos recogidos por la oficina griega de estadísticas (Elstat).
"Me preocupa mucho entregar los datos de mi tarjeta de crédito, por eso mis únicas compras online son billetes de avión", declara a Efe Yorgos, un cafetero de 54 años.
Yorgos explica que su principal miedo es que "los datos de su tarjeta de crédito sean 'hackeados'".
Koroneos admite que el factor miedo es una de las causas principales del escaso éxito de este tipo de comercio, "lo que explica que un 70 % de los consumidores prefieran pagar en persona".
María, socióloga de 25 años, que hace regularmente compras por internet, "de preferencia aparatos electrónicos", no comparte esa preocupación.
"Tan solo una vez me ocurrió que me cargaron dos veces una compra por internet, pero la empresa acabó reconociendo su error y me devolvieron el dinero", explica.
De los consumidores que hicieron compras por correo electrónico en 2014, solo un 15,4 % tuvo problemas y lo más frecuente fue el retraso en la entrega del producto.
Según Koroneos este tipo de problemas se debe "a la geografía particular de Grecia con su enorme número de islas que hacen más difícil la entrega de los productos".
Yula, una profesional del turismo de 30 años, hace compras por internet regularmente, principalmente de ropa que puede adquirir con "rebajas importantes".
Sin embargo, toma sus precauciones pues solo hace pedidos a "empresas que ya han probado su seriedad".
Además del escepticismo de la mayor parte de la sociedad griega frente al comercio electrónico, las empresas del sector se enfrentan también a la inercia del Estado.
"El Estado griego, hasta hace unos años, no dio al comercio electrónico la atención que merece", destaca Koroneos.
Esto no sorprende en un país donde, a pesar del progreso de los últimos años, los sistemas informáticos de los organismos públicos están interconectados.
Tan solo hace unas semanas el ministerio de Economía decidió crear un registro de las empresas que se dedican al comercio electrónico y elaborar un código ético de las ventas online.