MOSCÚ.- Aunque hace pocas semanas la economía rusa parecía en vías de recuperación, el miércoles las autoridades rusas advirtieron de que serán necesarias nuevas medidas de austeridad en 2016, un año que se anuncia difícil por el hundimiento del precio del petróleo.
Cada vez más países productores de hidrocarburos, como Arabia Saudita esta semana, se han visto forzados a tomar decisiones impopulares y Rusia, que suma a la situación del crudo las sanciones occidentales por la crisis ucraniana, no es la excepción.
Ante la recesión que golpea al país desde hace un año, el gobierno ya ha hecho importantes reducciones de personal en la administración y en el sector sanitario para concentrar sus esfuerzos en sectores en dificultades, como el inmobiliario, el automovilístico o la banca.
Pero cuando esperaba un inicio de recuperación en 2016, la súbita caída de los precios del petróleo bruto europeo a su nivel más bajo en más de una década han dado al traste con la recuperación esperada.
"El año próximo no será fácil", reconoció el ministro de Finanzas, Anton Siluanov a la televisión el miércoles. "Las últimas previsiones muestran que el precio de venta de nuestras principales exportaciones podrían ser más bajas de lo previsto", explicó.
Rusia obtiene más de la mitad de sus ingresos presupuestarios de la exportación de sus hidrocarburos.
Sus previsiones económicas para 2016 se basaban en un barril a US$ 50, este miércoles, el brent cotizaba a US$ 37 en Londres.
Siluanov estimó que el barril podría mantenerse en torno a los 40 dólares de media el año próximo y que las medidas de "privatización" y de reducción del gasto proyectadas para 2016 podían ser implementadas desde principios de año.
Entre esas medidas, mencionó una posible reducción de la participación estatal en el gigante petrolero Rosneft, actualmente controlado por el Estado en un 70%.