SANTIAGO.- A raíz del requerimiento de la FNE a Walmart, Cencosud y SMU por un caso de colusión en los precios de la carne de pollo fresca, la Asociación Gremial de Industrias Proveedoras (AGIP) denunció y condenó las malas prácticas en el mercado.
"Hemos rechazado en forma sistemática, y por más de una década, las prácticas abusivas que han afectado a nuestras empresas proveedoras, en un contexto en que las principales cadenas representan el 95% de la industria supermercadista, posicionando a Chile como el país con mayor concentración a nivel mundial en este canal", indicó el gremio en un comunicado.
"Es precisamente esta alta concentración la que ha generado un abuso de posición dominante y relaciones asimétricas y desequilibradas con los proveedores, las que persisten hasta el día de hoy y que es urgente corregir", agregó.
Además, insistió en la necesidad de generar un código de autorregulación "ya que la experiencia internacional demuestra que es una de las herramientas más eficaces para lograr una interacción sana entre las partes, lo que sin duda terminará beneficiando a supermercados, proveedores y, por sobre todo, a nuestros consumidores".
Asimismo, comentó que seguirán "estando a disposición de la FNE en la búsqueda de poner fin y sancionar aquellas prácticas contrarias a la libre competencia, en perjuicio directo de los consumidores chilenos. En este requerimiento específico, estamos estudiando los eventuales caminos a seguir".
Hace una década, explicó la Asociación, "la FNE recurrió al instrumento de los Acuerdos Generales y Particulares con el fin de evitar abusos de posición dominante y faltas a la libre competencia de parte de los supermercados hacia los proveedores. En el diseño de estos instrumentos, sin embargo, los proveedores no fuimos invitados a participar y tampoco fuimos consultados".
Finalmente, el gremio dijo que en reiteradas ocasiones han publicado documentos y la promoción de la estandarización de las mejores prácticas, con el objeto de garantizar la libre competencia en el mercado.
"De esta forma, se evitarían las malas prácticas y abusos que aún persisten hacia los proveedores, como el aumento unilateral de los plazos de pagos; la asignación de espacios preferentes de exhibición a las marcas propias; la realización de cobros no convenidos; cobros por inauguraciones y remodelaciones; decisiones unilaterales de suspensión de compras por parte del supermercado, presión por entregas centralizadas y contratación de sus reponedores, etc", concluyó.