MADRID.- El optimismo que registraron el miércoles los mercados europeos se esfumaron y dio paso el jueves a una sesión de importantes pérdidas, en la que las bolsas del Viejo Continente se han visto arrastradas por la banca, que de nuevo se encuentra en el punto de mira de los inversores.
Un día más, la Bolsa de Milán encabezó las pérdidas, con caídas del 5,63%, seguida de la española, que se desplomó el 4,88%, su mayor caída desde agosto de 2015, por debajo de los 7.800 puntos.
París bajó un 4,05%; Londres, el 2,39% y Frankfurt el 2,93%.
En una jornada sin referencias de Asia, donde los principales mercados cerraron por festivo (salvo Hong Kong que bajó 3,85%), Europa se ha dejado llevar desde el inicio de la cotización por la tendencia negativa con la que cerró el miércoles Wall Street.
Los inversionistas del otro lado del Atlántico acogieron con recelo las palabras de la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, que puso de manifiesto el freno de la economía internacional.
Una declaración que corrobora las dudas de los inversores acerca de la situación de la economía global, y a las que hoy se ha sumado una nueva subida del euro frente al dólar.
En un entorno de gran volatilidad, los inversores, que descuentan que de momento no habrá más subidas de tipos de interés en EE.UU., optaron desde un primer momento por el pesimismo, con lo que desde el inicio de la sesión los mercados europeos borraron de un plumazo los avances logrados ayer.
Tampoco ha contribuido a mejorar el ánimo del mercado la publicación de los resultados de Société Générale, que, más bien, suscitaban nuevas dudas sobre el sector bancario europeo.
Si hace unos días las dudas sobre la banca se reavivaban con la situación de los bancos italianos y la de Deutsche Bank, hoy quien ha contribuido a aumentar el nerviosismo ha sido Société Générale.