Manuel Herrera, El Mercurio
PARÍS.- La OCDE revisó este miércoles a la baja sus previsiones para la economía chilena por el impacto de los bajos precios del cobre y la debilidad de la demanda de sus principales socios comerciales, para dejar su crecimiento en el 1,5% este año y el 2,5% el próximo.
Eso significa un recorte de siete décimas en la cifra de 2016 y de una en la de 2017 con respecto a su informe de Perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
de noviembre pasado.
La organización señaló que a la ralentización también han contribuido unas condiciones crediticias más restrictivas -el banco central subió su tasa de interés al 3,5% para contener la inflación tras la depreciación de la moneda- y una menor confianza de las empresas.
Eso ha repercutido en la inversión, que cayó en los dos últimos años, pero debe volver a subir un 0,9% en 2016 y un 1,6% en 2017.
Una de las consecuencias de todo eso va a ser el deterioro de la tasa de desempleo, que pasará del 6,2% de media en 2015 al 6,8% este ejercicio y al 6,9% el que viene.
En cualquier caso, la OCDE estimó que el ritmo de progresión del PIB remontará en 2017 de la mano en primer lugar de las exportaciones, que se beneficiarán de una mejora de la competitividad (por la depreciación de la moneda) pero también de una previsible mayor demanda, lo que tirará de la inversión y el consumo.
El principal riesgo de cara a esas expectativas, por tanto, viene de la evolución de los socios comerciales de Chile (empezando por China y los otros países latinoamericanos) y del precio de las materias primas.
Por una parte, unas condiciones de volatilidad financiera a escala global podrían disminuir la demanda por los minerales de Chile, mientras que por el contrario la subida de la cotización del cobre reforzaría la confianza de los inversores, además de llenar las arcas del Estado con más recaudación de impuestos.
Por lo que se refiere a la inflación, los autores del estudio señalaron que la posibilidad de que repunte estará vinculada a la marcha del tipo de cambio y a los precios del barril del petróleo.
De acuerdo con su escenario de base, el índice de precios al consumo, que se situó en el 4,3% de media en 2015, disminuirá ligeramente al 4% en 2016 y al 3,1% en 2017.