SANTIAGO.- El diagnóstico es coincidente de diferentes actores. Junto con afectar directamente la atención de la ciudadanía, la imagen y la competitividad del país son otros dos aspectos que se ven dañados por las movilizaciones que protagonizan los funcionarios del sector público, que ya cumple 20 días.
A un lento andar de la actividad, se ha sumado en el último tiempo la caída de Chile en la facilidad para hacer negocios en la región -se ubica por debajo de sus pares de la Alianza del Pacífico como México, Colombia y Perú, según el Doing Business-, es por ello que la movilización en algunos servicios que inciden directamente en la actividad económica podrían perjudicar aún más la posición del país.
Así lo cree el presidente de Asexma, Roberto Fantuzzi. "La imagen país es negativa, sin ninguna duda, eso hay que reconocerlo. Demuestra en nuestro país un grado de poca convivencia nacional, cuando se paraliza una institución por más de un periodo por uno o más días, lo único que te está dando es una señal terriblemente negativa".
Agrega que "ahí tenemos que ver cómo facilitamos los acuerdos con objeto de hacer más competitivo a nuestro país. Esto por supuesto que nos resta competitividad... la inseguridad siempre es negativa".
El economista Felipe Morandé, comparte la visión del líder gremial. "Chile hasta ahora tiene una reputación de ser un país serio en sus compromisos comerciales los empresarios chilenos, por tanto, el hecho de que no puedan cumplir el despacho en tiempo y en calidad (en caso de la fruta), eso ciertamente afecta la reputación de nuestros exportadores y exportaciones y eso es un costo muy difícil de revertir".
El análisis que realiza el ex ministro de Transportes del gobierno anterior es que este tipo de paralizaciones dan cuenta de una deficiencia estatal.
"Hay una falencia o un problema que ha ido creciendo en magnitud que es el mal funcionamiento del Estado en Chile. Son varias las instituciones que están en tela de juicio por un pobre desempeño (...) Para que un inversionista se vea atraído a un país es muy importante que sus instituciones funcionen correctamente", añade.
El presidente de Asoex, Ronald Bown, expresa que "esto es un ejemplo claro que aquí hay actores que se sienten disminuidos respecto al pago de su trabajo y no visualizan, muchos de ellos, la solución real de los problemas y eso significa que tienen que presionar para una solución de corto plazo". Por tanto. añade que "hay que cambiar la visión de todos los que están involucrados en un problema y definir soluciones de largo plazo".
El economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, es un poco más cauto al mencionar que "en cuanto al efecto reputacional general, las huelgas ocurren en todas las partes del mundo, entonces no es como que uno dijera 'estos chilenos son locos que se votan a huelga', todas partes del mundo tiene huelga, es cierto que el sector público en general no está permitida la huelga, tal vez esto sea más excepcional. El daño tiene que ver en qué medida vinculado a las exportaciones están adhiriendo a la huelga y en que dimensión".
El economista jefe del Banco Itaú, Miguel Ricaurte, sostiene que "lo importante es que estos eventos no sean recurrentes, que no lleven a disrupciones generalizadas de la actividad económica, y que no dañen permanente de la capacidad productiva para que no afecten a la imagen o competitividad del país. Hoy por hoy, considero que este evento no causa daño que no sea reparable para la economía chilena, por lo que su impacto sobre la imagen sería acotado si se resuelve en el corto plazo".
Respecto al impacto económico, agrega que "dada la actual duración y cobertura, el paro de los trabajadores del sector público tendría un impacto acotado en la actividad económica de noviembre, efecto que podría estar en torno a 0,2 puntos porcentuales de menor crecimiento en el mes".
Según cálculos de Itaú, las actividades más afectadas dependen de servicios públicos clave, como son el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Aduanas y el Registro Civil, hoy en paro. Es así que podríamos ver algún impacto sobre sectores exportadores e importadores, así como en el registro de ventas de vehículos (no obstante que las ventas no se verían afectadas por el paro), por ejemplo. Sin embargo, al mes siguiente se registraría una normalización cuando se dé por concluido el paro".
