SANTIAGO.- Como todos los años desde que entró en vigencia, se hizo un recuento de la recaudación total del impuesto verde, que fue presentado por los ministros del Medio Ambiente, Marcelo Mena, y de Energía, Andrés Rebolledo.
El impuesto verde se aplica una sola vez a los automóviles nuevos, livianos y medianos, dependiendo de su rendimiento urbano, precio de venta y emisión de óxido de nitrógeno. Comenzó a regir para todos los vehículos registrados a partir del 28 de diciembre de 2014, tuvo un cobro basal en 2015 y fue aumentando de forma escalonada.
Así, para el 2017, el total percibido alcanzó los US$99,1 millones, superando la cifra de US$77 millones del año anterior, que es un aumento de 28,7%.
La mayor parte del ingreso proviene de automóviles que utilizan bencina, lo que constituye un 60% del total de 2017, mientras que un 40% corresponde a los que funcionan con diésel.
"A pesar de que los vehículos diésel representan cerca del 15% de los vehículos que se venden de carácter liviano, representan una parte importante del impuesto verde", señaló Marcelo Mena.
Hay dos tipos de contaminación que están considerados en este impuesto: la local, que está asociada con el material particulado y la del dióxido de carbono, relacionada con el cambio climático.
"Usualmente, mientras más contaminante, es más caro el impuesto verde", sostuvo el titular de Medio Ambiente y explicó que existe un ajusto por precio, por lo que algunos vehículos que son muy costosos y no son tan contaminantes, igual pagan un alto tributo.
En esta oportunidad se realizó además un ranking con los vehículos más y menos contaminantes que circulan en el país.
Los más limpios son los híbridos Toyota Prius, Hyundai Ioniq y Kia Optima, mientras que los que generan mayor polución son el minibus Maxus V80 y los furgones Volkswagen Crafter y Citroen Jumpy.