SANTIAGO.- Fueron $789 millones los que desembolsó Francisco José Lavín Chadwick para comprar un total de 5.333.333 acciones de la Sociedad Anónima Deportiva (S.A.D.P.) Cruzados, transacción que se ubicó como la más grande de los últimos años y lo convirtió en uno de los mayores accionistas de la empresa.
Así, Lavín, se convirtió en dueño del 6,3% de las acciones de Cruzados -la concesionaria que administra el club de fútbol del equipo de fútbol Universidad Católica- y, además, en una acción paralela desde la sociedad en director de la compañía en reemplazo de Jorge Garcés, quien renunció a su cargo el 18 de diciembre. Pero, ¿quién es este inversionista?
Periodista de 37 años, Francisco es hijo de María de la Luz Chadwick y Carlos Eugenio Lavín, formalizado por el caso Penta, holding financiero que creó junto a Carlos Délano. Ademá ha mantenido participación en varias empresas del grupo empresarial.
$150 le costó cada una de las acciones compradas
Ex alumno del colegio Verbo Divino y estudiante de la generación de 1998. Algunos de sus compañeros de curso, consultados por Emol, lo tildaron como un "siempre fanático de la Universidad Católica, seguía al equipo siempre, hincha acérrimo y, de hecho, siempre iba a la tribuna Mario Lepe en San Carlos".
"Siempre ha sido cruzado, no hablaba de otra cosa que no fuera fútbol en el colegio y en los recreos jugaba siempre a la pelota, en el arco", recuerdan algunos de sus amigos del colegio católico.
Sin embargo, su reciente inversión fue recibida casi con sorpresa por sus ex compañeros, los que comentaron que "nunca habló o mostró interés -al menos en la época escolar- como en los negocios, era imposible saber si tenía 'pasta' o no para esto de las acciones (...) de hecho, era imposible saber que era hijo de un empresario más o menos conocido, era muy bajo perfil, puro fútbol".
Tanto era su fanatismo por el equipo de la franja que los consultados también destacaron que cuando Lavín decidió estudiar periodismo, muchos interpretaron que era para especializarse en la rama deportiva: "Siempre tuvo una veta más humanista que matemática".
"Bueno para la talla y un gallo muy amigo de todos, en las notas normal, cruzado a morir y cero tendencia política", resumen aquellos que lo acompañaron durante su etapa escolar.