SANTIAGO.- Si bien la incipiente guerra comercial entre China y Estados Unidos introdujo volatilidad en el precio de las materias primas, los fundamentos del mercado generan positivas expectativas para la cotización del cobre. Y eso lo saben bien los sindicatos mineros que en las últimas negociaciones colectivas, además de conseguir atractivos bonos por fin de conflicto, obtuvieron reajustes reales de sueldos, lo que impactará en la estructura de costos de largo plazo de las compañías.
De acuerdo con un análisis realizado por la consultora Plusmining, la tendencia mayoritaria de reajustar las remuneraciones solo por IPC se quebró a fines de julio del 2017, en plena recuperación del precio. Ahí fue cuando el sindicato de Minera Zaldívar, propiedad de Antofagasta Minerals (AMSA) y Barrick, entregó un reajuste del 2%, lo que fue compensado con una entrega de bonos más bajos, ya que sumando el crédito blando y el pago por renovación de jornada no superó los $10 millones.
Esto contrasta con lo ocurrido en Collahuasi, la segunda mayor minera de cobre del país, que en mayo de 2017 cerró un acuerdo anticipado con cero reajuste, pero el pago de un bono de $14 millones, uno de los más altos en el último tiempo para ese momento.
El director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, comenta que "la gran diferencia es que los reajustes tienen un impacto permanente, versus el bono, que es un impacto de una sola vez en los costos de la empresa. El aumento de sueldos más allá del IPC queda incorporado en la estructura de costos laborales de las compañías. Por esto, se prioriza el bono, aunque ya no es posible mantener los reajustes del 0%".
"Esto es una clara señal del cambio en las expectativas y, también, en las condiciones de mercado. El reajuste real del 0% era la adhesión a una mirada de cautela frente a la situación financiera de las empresas mineras y del mercado. Cuando eso cambia, suben los bonos y sube también la disposición de las partes de aumentar las remuneraciones, pensando en el largo plazo", añade.