SANTIAGO.- Las tensiones comerciales que han protagonizado Estados Unidos y China en las últimas semanas han causado temor en el mundo y en Chile.
Los eventuales efectos económicos que podrían generar una "guerra comercial" mantienen en alerta a las autoridades de los países, que ven con mucha atención como se desarrollan los acontecimientos.
"Siempre lo he dicho, una guerra comercial en caso de ocurrir es definitivamente negativa", comentaba la semana pasada el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, y aseguró que estimaciones indican que "por cada 5% de aumento en la protección, tenemos entre 0,1% y 0,3% de menor crecimiento en la economía mundial".
El domingo pasado, en una columna en El Mercurio, el ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, enfatizaba que el país debe preocuparse de lo interno para poder enfrentar de mejor manera los embates de del conflicto entre las mayores economías del mundo.
"Dado el aumento de los riesgos externos, incluso la recuperación cíclica que está experimentando la economía se siente amenazada. Esto hace más urgente emprender acciones internas encaminadas a destrabar proyectos de inversión y crear un ambiente más propicio para la inversión y el emprendimiento", comentó el economista.
En esa línea, planteó que "esto pasa por racionalizar y simplificar el sistema tributario y las numerosas regulaciones a la que están sometidos los proyectos de inversión, y agilizar las concesiones en áreas donde la infraestructura es un importante cuello de botella para el desarrollo del país".
Ante este tema, el economista de Gemines Consultores Tomás Izquierdo, complementó a Emol que "el caso de Chile en particular, el fortalecer más los acuerdos comerciales o las instancias de diálogo con los acuerdos parciales que tiene, me parece una buena señal".
"Todo lo que sea juntar fuerzas, porque Chile es chiquitito, pesa nada, es un portón en el comercio mundial, lo que sea juntar fuerza con otros grupos de países y aprovechar los acuerdos que ya tenemos en distintas instancias, creo que es la estrategia más inteligente", añadió.
Izquierdo sostuvo que hay que darle una perspectiva de largo plazo y no ser "miope" para enfrentar estos conflictos al buscar eventuales beneficios que pueden ser sólo en el corto plazo.
"La mirada larga apunta a todo lo contrario: a profundizar la integración comercial con el resto del mundo y con todos aquellos que quieran integrarse comercialmente. No hay que entrar en el juego de las represalias de parte nuestra. Nosotros somos un país pequeño y empezar a poner trabas en respuesta a esto, sería un error estratégico tremendo", indicó.
Por su parte, la economista senior de Econsult, Valentina Rosselli, indicó que en el caso de una guerra comercial, Chile "podría tomar medidas más directas como un trabajo público-privado para redirigir el comercio exterior hacia otros mercados y herramientas de apoyo al sector exportador".
Además, manifestó que el país para protegerse mejor debería "diversificar las exportaciones hacia distintos mercados y tratar de no depender tanto del cobre".