LONDRES.- El
Banco de Inglaterra indicó hoy que el Reino Unido ha hecho progresos para mitigar los efectos del Brexit, la salida británica de la Unión Europea (UE), sobre los servicios financieros, pero puntualizó que ésta aún presenta
"riesgos materiales".
El banco emisor inglés precisó, en su informe bianual sobre estabilidad financiera, que el Reino Unido se ha comprometido a legislar, si fuera necesario, para establecer permisos temporales que ayuden a firmas financieras a seguir operando en Europa tras el Brexit, pero subrayó que la UE no ha tomado medidas similares.
Esta situación, según el instituto, deja en una situación de peligro a los contratos de futuros a partir del próximo 29 de marzo,
cuando se materializará el divorcio entre Londres y Bruselas.
Entre "los mayores riesgos" de trastornos, donde son necesarias medidas tanto de las autoridades del Reino Unido como de la UE, figura el asegurar "la continuidad de los 96 billones de libras (108 billones de euros) de contratos de futuros", señaló el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney.
Además, la entidad informó de que tiene planes para poner en marcha el año próximo una nueva prueba contra ataques cibernéticos en las empresas del sector financiero y en los bancos.
El objetivo es probar la rapidez con que los servicios vitales puedan ser restablecidos después de un ataque cibernético, tras los recientes problemas informáticos que tuvo el banco TSB, que imposibilitaron que miles de clientes accedieran a sus cuentas. La entidad inglesa puntualizó que para esto trabajará con el Centro Nacional de Seguridad Cibernética.
En su informe, destinado a evaluar la resistencia del sistema financiero británico a eventuales riesgos, el banco mencionó las actuales tensiones comerciales y el alto nivel de endeudamiento en China como amenazas a nivel global.
"El Reino Unido es más vulnerable a una reducción del apetito de inversión extranjero en activos" de este país, añadió.
La nación se retirará de la UE el 29 de marzo de 2019, tras lo cual empezará un periodo de transición, pero Londres y Bruselas aún no se han puesto de acuerdo sobre cuál será la futura relación comercial entre ambas partes.