SANTIAGO.- La guerra comercial no es sólo una historia con protagonistas "gigantes". En marzo, Donald Trump anunció que aumentaría los impuestos a varios productos que EE.UU. importa desde China, y el país asiático dijo que respondería de la misma manera. Todos los ojos estaban puestos sobre las potencias, pero en medio de la inmensidad del Océano Atlántico, un buque carguero repleto de soya norteamericana viajaba desde Florida al puerto chino de Dalian y el inminente enfrentamiento entre los dos países se convirtió una carrera contra el tiempo para su tripulación.
Desde ese momento, el objetivo del Peak Pegasus se convirtió sólo en uno: llegar a destino antes de las 00:00 horas de este viernes para no tener que pagar un 25% más de impuestos por sus 70.000 toneladas de soya.
Al conocerse la historia, el caso se convirtió en uno de los más comentados a través de redes sociales y personas de todo el mundo, pero principalmente de Estados Unidos y de China, comenzaron a darle ánimos a la embarcación que aceleró sus motores a toda máquina para poder llegar antes del deadline de Trump.
De hecho, varias páginas de seguimiento espacial transmitieron en vivo el recorrido del buque de color blanco, negro y rojo. "Run! Peak Pegasus. Run!!" -en alusión a la película Forrest Gump- fue uno de los mensajes más compartidos.
Pero también varios usuarios de Twitter le escribieron al mismo Presidente Donald Trump: "Mr. President, Peak Pegasus needs your help!"; "Come on Mr. President, please help Pegasus, don´t start the commercial war".
Sin embargo, el final de esta historia no fue el que la gente esperaba. Según reportes de Bloomberg, y pese a que los pronósticos iniciales eran esperanzadores, la embarcación no logró llegar a la aduana antes de las 00:00 horas de China.
De hecho, Peak Pegasus tocó el puerto chino pasadas las 17:00 horas de allá, es decir, a las 05:00 horas de Chile.
Tras la derrota en su carrera contra el reloj y las amenazas entre ambas potencias, las 70.000 toneladas de soya que transportaba el barco deberán pagar un 25% más de los aranceles que habría pagado comúnmente.
Cabe destacar que la soya ha sido prácticamente un campo de batalla aparte en esta guerra comercial, ya que China es el mayor importador del mundo y su proveedor más grande es Estados Unidos, de hecho, según estimaciones, sólo el año pasado dicho mercado habría movido US$14 mil millones entre ambas potencias.