SANTIAGO.- A las 15:30 horas se reunirá la Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Tarapacá para votar la aprobación la expansión de la mina Quebrada Blanca.
Se ubica en a 240 kilómetros al sureste de la ciudad de Iquique. y pertenece a la minera canadiense Teck. La ampliación de la mina en una segunda fase se trata del mayor proyecto minero en búsqueda de permiso ambiental en Chile.
El proyecto requerirá un desembolso total por sobre los US$5.000 millones, recibió el respaldo del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), tras dos años de tramitación.
La iniciativa es uno de los proyectos más esperados para la industria minera, ya que según las estimaciones, llevar adelante la segunda fase de la faena, extendería en al menos 25 años su vida útil, con una proyección de producción de de 240 mil toneladas de cobre y 6 mil toneladas de molibdeno en concentrado por año.
El trámite ambiental
El análisis de Quebrada Blanca II se extiende por casi dos años, tras iniciar la tramitación ambiental en octubre de 2016.
En enero de 2017, el Servicio de Evaluación Ambiental pidió un Informe de Solicitud de Aclaraciones (Icsara), que la empresa entregó en junio de ese año. En septiembre tuvieron que entregar un segundo informe, para luego entrar a un tercer proceso.
En febrero de 2018, la minera Teck solicitó una extensión de la suspensión del proceso de evaluación ambiental hasta el 30 de marzo. Desde la industria esperaban que durante el primer trimestre del año se pudiera votar la iniciativa, pero aseguraban que el cambio de gobierno podía atrasar las cosas.
A fines de marzo, reactivaron la tramitación ambiental del proyecto. Teck comunicó una serie de compromisos ambientales voluntarios, como el monitoreo de fauna de alta movilidad en la zona, como el guanaco, vicuña, zorro culpeo, suri y cóndor.
También en el documento presentado por Enrique Castro, representante legal de Teck, la empresa se comprometió a "desarrollar acciones específicas orientadas a la protección y conservación de los sitios arqueológicos".
La evaluación ambiental al proyecto se suspendió a comienzos del mes de mayo, cuando la autoridad regional informó de la medida, tras identificar que existían algunas comunidades de la región que no habían sido consultadas por parte de la compañía.
El pasado 19 de julio, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la primera región dio por terminadas las consultas a las comunidades que se encuentran en las cercanías de la faena. Con eso se dio por finalizado el estudio de impacto ambiental y se entregó el respaldo de la entidad a la expansión.
En búsqueda de un nuevo socio
En el caso de que Teck recibiera la aprobación, aún resta un importante paso, que es la decisión de inversión del directorio de la compañía.
En el mes de abril, la controladora compró el 13,5% de las acciones que tenía el grupo Hurtado-Vicuña, totalizando el 90% de la propiedad de Quebrada Blanca.
Debido a lo anterior, es Teck la que debe correr con la totalidad de la inversión, ya que el 10% restante es propiedad de la estatal Enami. Esta última empresa cuenta con una opción preferente que le permite mantener su paquete de acciones sin tener que concurrir con capital a la expansión.
A la fecha, se han gastado más de US$ 100 millones en estudios preliminares del proyecto. Los ejecutivos de la canadiense barajan la probabilidad de que para fin de año cuenten con un nuevo socio, que tendría el 30% de participación en el proyecto.