El ministro de Finanzas y viceprimer ministro japonés, Taro Aso.
Reuters
TOKIO.- El Gobierno japonés hizo este martes un llamamiento a Estados Unidos y China para que resuelvan cuanto antes su disputa comercial, horas después de que Washington anunciara más aranceles a productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares.
"Ningún país espera un intercambio de aranceles como sanción o como represalia", dijo el ministro de Política Económica y Fiscal de Japón, Toshimitsu Motegi, en una rueda de prensa recogida por el diario Nikkei, en la que instó a las dos mayores economías mundiales a resolver "lo antes posible" sus fricciones.
Los comentarios de Motegi llegan horas después de que EE.UU. anunciara que impondrá a partir del 24 de septiembre aranceles del 10 % por valor de 200.000 millones de dólares a productos chinos y amenazara con imponer una nueva batería del gravámenes si el gigante asiático toma represalias.
El Presidente estadounidense, Donald Trump, ha adoptado esta política frente a Pekín al considerar que déficit comercial de su país respecto a Pekín, que calcula en 376.000 millones de dólares anuales, es inaceptable y tiene que equilibrarse.
El ministro de Finanzas y viceprimer ministro japonés, Taro Aso, reconoció, en este sentido, que el desequilibrio comercial entre Washington y Pekín "es un problema grave que debe resolverse", pero hizo hincapié en el impacto negativo de la disputa a nivel global.
"Cuando se reduce el volumen de comercio se reduce la escala de la economía, por lo tanto, (esta disputa) podría afectar a otros países", dijo Aso en una comparecencia ante los medios tras la reunión del Gabinete nipón recogida por la cadena estatal NHK.
Aso recalcó que tratándose de las dos principales economías del mundo "debería mantener una buena comunicación", e instó a ambos países a seguir dialogando.
Por su parte, el titular nipón de Economía, Comercio e Industria, Hiroshige Seko, tildó de "muy lamentables" las nuevas medidas del presidente Trump, y coincidió con el ministro de Finanzas en que las mismas podría "provocar un obstáculo serio para el desarrollo de la economía mundial".