SANTIAGO.- La aceleradora de negocios Start-Up Chile (SUP), creada en 2010 por el Gobierno para impulsar emprendimientos, se ha hecho una reputación como programa líder a nivel global, posicionándose como la principal de su tipo en América Latina.
Así lo destacó la revista Forbes, que recalcó que la iniciativa ha transformado el espíritu empresarial del país y también estimulado una nueva clase de programas de aceleradores públicos en todo el mundo.
La publicación hizo un análisis de cómo el programa local logró posicionarse como uno de los más distinguidos del planeta, además de revisar su modelo para comprender por qué no ha funcionado bien en otros lugares que intentan implementarlo.
En sus inicios, Start-Up Chile fue pensado como un medio para cambiar la mentalidad y cultura en torno al emprendimiento. Lanzado por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) hace ocho años, tenía como objetivo hacer de Chile un centro de emprendimiento tecnológico en Latinoamérica.
Los programas de la aceleradora ofrecen hasta US$80.000 en fondos libres de participación. Uno de ellos es Seed, que se enfoca en atraer emprendedores para que vengan a Chile a hacer negocios, impulsando proyectos en etapas tempranas.
Para esto, ofrece a compañías extranjeras hasta US$40.000 de capital inicial, visa de trabajo, espacio para oficinas y capacitaciones. Las empresas con mejor rendimiento pueden pedir los fondos de seguimiento que entrega Corfo.
Desde que comenzó a funcionar, más de 1.600 compañías de 85 países han sido impulsadas por Start-Up Chile, predominando las extranjeras, que son alrededor de tres veces más que las chilenas.
El impacto económico que ha tenido, según SUP, se muestra en una valoración del portafolio por un total de US$1,4 mil millones, una tasa de supervivencia global de 54,5% y una tasa global de retención de 56,4%. Además, el capital recaudado a nivel mundial en el último año asciende a los US$392 millones.
Las claves del éxito
Sebastián Díaz, director ejecutivo de Start-Up Chile, señaló a Forbes que el tiempo tuvo un rol fundamental en el crecimiento de la aceleradora. Esto, porque cuando fue lanzada en 2010, el mundo atravesaba una crisis financiera. En ese escenario, Chile aprovechó la oportunidad y abrió las puertas a los empresarios globales.
Otra clave de los buenos resultados es haber mantenido su enfoque global a lo largo de su historia, ya que en otros lugares generalmente los programas se limitan a empresas con sede en el país.
Asimismo, un aspecto relevante es su estructura, que a diferencia de otros programas de este tipo, está aislado del resto del Gobierno y opera como una entidad separada.
Destacan a empresas
La aceleradora trabaja con distintos mentores, inversionistas y colaboradores. Entre ellos, distinguieron a Transbank, Accenture, Microsoft y Barros & Errázuriz Abogados con el premio Key Partner 2018.
Esto, porque prestan apoyo a los participantes de Start-Up Chile en distintas áreas de trabajo, como asesoramiento, orientación y capacitaciones.