SANTIAGO.- Durante un mes se ha prolongado la paralización de los trabajadores eventuales del puerto de Valparaíso, que tiene como objetivo la obtención de mejores condiciones laborales y que ha provocado desvíos de barcos y cruceros, además de la preocupación de las autoridades por los efectos de la huelga.
Mientras que en un principio el paro involucraba tanto a los empleados del Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL), como también del Terminal Pacífico Sur (TPS), los primeros consiguieron un acuerdo con la empresa a la que prestan servicios, pero los de TPS siguen movilizados, a pesar de las conversaciones que concretaron con la compañía en los últimos días, en que no se logró encontrar una solución.
Las peticiones de los trabajadores se basan en tres ejes: la constitución de una mesa para discutir sus condiciones de trabajo, un bono y que no existan represalias para las personas movilizadas.
El viernes 16 de noviembre comenzó la paralización indefinida, involucrando a alrededor de 600 personas y que dejó sin actividad a los dos terminales mencionados. Ese día, los portuarios denunciaron las precarias condiciones laborales que tienen por ser trabajadores eventuales, además de alegar una disminución en los turnos de trabajo.
Esto, debido a que los operarios eventuales sólo son llamados a trabajar cuando hay exceso de trabajo en el puerto, más del que pueden ejecutar los empleados contratados, debiendo estar disponibles para cuando se les necesite.
"Hemos vivido una baja considerable de turnos durante los últimos años, debido a los cambios en la cadena logística, el comercio exterior y la concentración de capitales producto de la fusión de las navieras", explicaron los empleados en un comunicado.
Además, indicaron "la falta de una ley que regule nuestras condiciones de trabajo y que homologue derechos fundamentales de trabajo que tiene la mayoría de los trabajadores del país".
Entre ellos, mencionaron la indemnización por años de servicio, el derecho a prenatal y postnatal, las vacaciones pagadas, entre otros.
Los primeros efectos del paro
Ese fin de semana, dos buques y un crucero debieron ser desviados a San Antonio, consignó El Mercurio de Valparaíso.
Un par de días después, a falta de novedades sobre una solución para el conflicto, el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp manifestó su preocupación por los efectos de la huelga y puso a disposición la Municipalidad como punto de encuentro para que las partes involucradas pudieran dialogar.
El bloqueo portuario continuó y a una semana de iniciada la huelga, Valparaíso perdió un segundo crucero, que nuevamente debió dirigirse al puerto de San Antonio.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, también se mostró alarmado ante las consecuencias que podría conllevar la huelga, comentando que incluso podría perjudicar la imagen del país. "Yo creo que esto no le conviene a Valparaíso (...) no tenemos una estimación, pero se ve con preocupación", señaló cuando el paro cumplía once días.
Sin embargo, en ese momento el director de la Cámara Aduanera, Ramón Espejo, estimó en US$400 millones el costo de la movilización, según reveló El Mercurio de Valparaíso.
Mediación del Gobierno
La ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, se reunió con los dirigentes sindicales de las dos empresas en paro, con la idea de instar al diálogo entre las partes.
Si bien en un principio la concesionaria TCVAL sostuvo que no tenía "ningún tema pendiente contractual con sus trabajadores", al día siguiente de la reunión con la ministra, tras 13 días de paralización, los operarios aceptaron la propuesta que les hizo la compañía y acordaron la formación de una mesa de trabajo, un bono de $1 millón y un préstamo de $500 mil.
De esta forma, se levantó el bloqueo del terminal 2 del puerto, aunque se mantuvo el del terminal 1, operado por la concesionaria TPS, ligada al grupo Von Appen.
Renuncia en EPV
Raúl Celis renunció a su puesto de presidente de la estatal Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), luego de que el Gobierno solicitara su renuncia y advirtiera a la empresa TPS que debe mantener la continuidad operacional del recinto que opera, ya que de lo contrario podría perder el contrato, indicó El Mercurio.
Tres días más tarde, el Gobierno volvió a hacer un llamado al diálogo para terminar con el paro portuario, que ya cumplía veintiún días. "Hay que entender que aquí está en juego no solamente un problema entre una empresa y sus trabajadores, por respetable que este sea, sino que hay un problema para muchos más chilenos. Esta es una temporada muy importante", afirmó el ministro de Hacienda.
Primera reunión formal
La primera reunión formal entre los dirigentes sindicales y TPS se concretó finalmente el 11 de diciembre. Al día siguiente, la concesionaria confirmó el fin del "evento de fuerza mayor" que afectó al terminal y que impedía el ingreso a las instalaciones de los trabajadores. "Ha cesado el bloqueo al acceso al Puerto de Valparaíso", afirmó la empresa.
El gerente general de la compañía, Oliver Weinreich, afirmó que fue un"cambio de actitud" de los portuarios lo que los llevó a concretar la reunión. Según recordó el ejecutivo, desde el primer día la condición para dialogar con los trabajadores fue que "se pusiera fin al bloqueo ilegal, a la violencia y a las amenazas".
Sin embargo, el paro no se detuvo. Según explicó el dirigente sindical Pablo Klimpel si bien "no existe bloqueo", ya que "accedimos al ingreso de trabajadores contratados, teniendo un funcionamiento del terminal de alrededor del 10% (...) los trabajadores eventuales de Ultraport que prestan servicio al TPS nos hemos negado a trabajar, sosteniendo la paralización".
Escalan hechos de violencia
Al mismo tiempo, fueron en aumento los hechos de violencia en las manifestaciones. Así, los últimos días han estado marcados por barricadas e incidentes en el centro de Valparaíso. Además, Klimpel señaló que deberán recurrir a instancias superiores de no llegar a un acuerdo con TPS, sobre lo que esperan que se tomen medidas a nivel estatal.
Desde la EPV llamaron a los empleados movilizados a deponer la violencia. El presidente interino del directorio de la estatal, Raimundo Cruzat, señaló en Radio Cooperativa que las "manifestaciones violentas hay que rechazarlas, dificultan el diálogo".
Nueva reunión
El día 13 de diciembre, los sindicatos sostuvieron una nueva reunión con TPS y Ultraport. En ella, se ratificó que se coordinará una mesa para discutir condiciones laborales en el terminal, comentó Klimpel, quien agregó que las peticiones de no tomar represalias contra los trabajadores adheridos al paro aún se estaba conversando. Lo mismo en el caso del monto ofrecido para el bono, el cual los operarios piden que sea de $2 millones.
No obstante, al no llegar a un acuerdo todavía, los dirigentes de los trabajadores en paro lanzaron una advertencia en un lienzo desplegado en la sede del Sindicato de Estibadores: "Si no hay Navidad para los portuarios, no hay año nuevo en Valpo".
Sobre esto, el vocero Osvaldo Quevedo sostuvo que "hay 420 trabajadores portuarios que no saben cómo van a pasar la Navidad", asegurando que pasarán las fiestas en protestas porque "estamos radicalizados".
Llamado de urgencia de alcalde de Valparaíso
Por lo mismo, el alcalde Sharp insistió en la necesidad de resolver el conflicto e hizo un llamado al jefe de Estado. "Quiero solicitar al Presidente Piñera que intervenga directamente en este conflicto, el Gobierno de Chile tiene las facultades a partir del contrato de concesión que hoy sostiene con la empresa TPS para poder obligar a ese concesionario a llegar a acuerdo, a sentarse a la mesa y poder resolver este problema ahora. Valparaíso no puede seguir esperando".
El sábado pasado, TPS informó su oferta para que los trabajadores se reincorporaran a sus labores. "La empresa apoyará a los trabajadores eventuales que están trabajando y a los que se reintegren a trabajar, y que no hayan estado vinculados a hechos de violencia, con una ayuda excepcional consistente en un préstamo de $350.000 y una gift card de $200.000", señaló una carta firmada por el gerente general de Ultraport, Diego Uribe.
Y hoy se suma un nuevo capítulo al conflicto portuario, ya que el dirigente Pablo Klimpel anunció que los portuarios, junto a movimientos sociales, sindicales y organizaciones políticas, interpondrán "una querella en el Juzgado de Garantía, por el delito de amenazas, lesiones leves que han sufrido activistas y dirigentes sindicales que apoyan el paro portuario".