Luego de asegurar el funcionamiento normal de los gremios del agro y las confederaciones campesinas nacionales, el Ministerio de Agricultura impulsó la creación de un sistema internacional de intercambio de alimentos para el Cono Sur. La idea es que los distintos países declaren su stock de alimentos y, en base a las balanzas comerciales, se definan los volúmenes a comercializar. "Esto le conviene a todos los países del CAS (Consejo Agropecuario del Sur) porque tenemos distintos climas y algún grado de déficit y superávit (...) por lo que al avanzar con este modelo le daríamos seguridad alimentaria a buena parte de América Latina", dice el secretario de Estado, Antonio Walker.