La artista visual chilena, Geraldine MacKinnon, se ha dedicado a la ilustración botánica en acuarela por más de 12 años, sin embargo, hace seis comenzó una investigación para poder desarrollar sus propios colores a través de distintas técnicas.
Es entonces que a raíz de ese estudio, hoy, la artista ha establecido la primera fábrica nacional de acuarelas artesanales de colores brillantes, “Piedras y Agua”. Poseen un exclusivo catálogo elaborado con los mejores pigmentos de origen mineral y tierras del mundo, en su mayoría provenientes de Europa del Este, Norte de África y algunos de territorios asiáticos.
Al respecto, MacKinnon sostuvo que “mis acuarelas están fabricadas sobre piedra, con las mismas herramientas y recetas que utilizaron los maestros del Renacimiento italiano, donde solo uso ingredientes nobles extraídos de la naturaleza”.
Trabajando completamente a mano, en su taller origina cada uno de los colores, desarrolla las fórmulas para cada pigmento y lleva a cabo un laborioso proceso de elaboración utilizando el método ancestral, el mismo que se usó en la Edad Media.
Las acuarelas artesanales cuentan con colores mucho más expresivos, más texturas e incluso con mayor presencia que las acuarelas industriales. Además, los colores son exclusivos y su gama de tonalidades no es posible encontrarla en la oferta de la industria.
“Mi principal objetivo es diseñar colores que ayuden al artista a crear un espacio único y especial, donde pueda desarrollar su quehacer en una atmósfera tranquila y apelando a la nobleza de los materiales, ese es el corazón de Piedra y Agua”, agregó MacKinnon,