El Grupo de Política Monetaria (GPM) recomendó al Banco Central aplicar un aumento de 75 puntos base a la Tasa de Política Monetaria (TPM) -a propósito de la reunión que se desarrollará entre hoy y mañana-, para situarla en un nivel de 11,50%.
Lo anterior, "manteniendo un sesgo neutral a la espera de nuevos antecedentes respecto de la evolución de las variables macroeconómicas relevantes", advierte la la instancia integrada por los economistas
Eugenia Andreasen, Carlos Budnevich, Tomás Izquierdo, Juan Pablo Medina, y Andrea Tokman.
Para llegar a esta conclusión, el Grupo destaca que "las principales economías siguen enfrentando tasas de inflación elevadas y con mayor persistencia que la esperada hace unos meses atrás. Con el objetivo de revertir este proceso, numerosos Bancos Centrales han incrementado sus tasas de política monetaria y se espera que continúen avanzando en esta dirección en los próximos meses".
"En particular, la Fed registró en septiembre su tercer incremento consecutivo por 75 puntos base. Estos movimientos, combinados con la incertidumbre internacional han incrementado la aversión al riesgo fortaleciendo al dólar respecto al resto de las monedas. Las proyecciones sobre los próximos movimientos de tasas de la Fed han oscilado entre la necesidad de mantener una postura hawkish para controlar la inflación versus las preocupaciones por un aterrizaje de la economía más fuerte que el necesario", añaden.
Asimismo, plantean que "la guerra en Ucrania, cuya duración se ha extendido considerablemente más allá de las proyecciones iniciales, continúa teniendo efectos negativos sobre la economía mundial y sus perspectivas de crecimiento. Los precios de la energía y algunos granos se mantienen por encima de los niveles preconflicto si bien han mostrado una tendencia hacia la moderación".
Al observar el escenario nacional, el GPM subrayó que "el IPC de septiembre se incrementó en 0,9%, en línea con lo esperado por el mercado y llevando la inflación anual a 13,7%. Este registro constituye el primer retroceso de la inflación desde febrero de 2021, luego de la sorpresa por el incremento del IPC registrado en agosto y que había llevado la inflación anual al 14,1%".
"Estos incrementos más acotados podrían ser interpretados como indicios incipientes de que los componentes del IPC más vinculados a la demanda interna estarían comenzando a moderarse. Sin embargo, continúa preocupando el elevado índice de difusión que registró niveles récord, con casi el 71% de los precios considerados en el IPC presentando incrementos durante el mes", agregan.
En esa línea, mencionan que "la preocupante persistencia de la inflación ha impactado negativamente sobre las expectativas que se mantienen fuertemente desancladas aunque empezaría a observarse un movimiento hacia la corrección de las mismas".
Por el lado de la actividad, los economistas anticipan que "la economía continúe desacelerándose en los próximos trimestres debido principalmente al deterioro de las condiciones financieras externas, la contracción de la demanda interna y la elevada incertidumbre local".
Sin embargo, resaltan que "la sorpresa del Imacec generó correcciones al alza sobre las estimaciones de crecimiento para 2022 que se ubicaría en torno al 2%-2,25%. Mientras se espera que en 2023 la economía estará en recesión, cayendo entre 0,5% y 1,5% del PIB".
"La preocupante persistencia de la inflación ha impactado negativamente sobre las expectativas que se mantienen fuertemente desancladas aunque empezaría a observarse un movimiento hacia la corrección de las mismas"
GPM
En cuanto al mercado laboral, apuntan que "en los próximos meses el mercado laboral comience a sentir más fuertemente las repercusiones del enfriamiento de la economía ya que en general este mercado reacciona con cierto rezago a los cambios en el nivel de actividad".
A su vez, sostienen que "la evolución del tipo de cambio sigue impactando sobre la inflación y sus proyecciones a través de su efecto en los precios de combustibles y otras importaciones clave. En el mediano plazo, se espera que el peso chileno siga bajo presión como consecuencia del déficit de cuenta corriente, la incertidumbre local, las magras perspectivas de crecimiento en China, que afectan negativamente la demanda de cobre, y la postura más agresiva de la Fed".
En el ámbito fiscal, el GPM abordó el proyecto de Ley de Presupuesto 2023 enfatizando que este "declara como áreas prioritarias la reactivación económica, la seguridad ciudadana y la protección social en un marco de sólida responsabilidad fiscal. El mismo contempla un incremento en el gasto fiscal de 4,2% que incluye un incremento en la inversión pública de 5,5% para incrementar el dinamismo de la actividad y el empleo".
Por otra parte, prevén que "el gobierno cierre el 2022 con un superávit de 1,6%, en lugar del déficit fiscal originalmente proyectado de 2,8%, y un balance cíclicamente ajustado de 0,6%. Esta mejora en el resultado fiscal se dio como consecuencia un incremento del 27% en el nivel de ingresos esperados por encima de lo estimado en la Ley de Presupuesto anterior y una histórica caída proyectada del gasto de 24,1% en el marco el proceso de normalización de las finanzas públicas".
"Se proyecta que esta consolidación fiscal llevará a la deuda pública a estabilizarse en torno al 41% a fines del mandato del actual gobierno", concluyen.